El increíble talento de Martín

Esta entrada es para contarles, con mucho placer, que mi cuento El increíble talento de Martín fue elegido para integrar la antología Cantares de la incordura, de Editorial Dunken. Esta antología saldrá a la venta a partir del miércoles 16 de septiembre y se podrá conseguir en la librería de la editorial, ubicada en Ayacucho al 300, Capital.

Mi amiga Giselle Aronson (tiene nombre de estrella de Hollywood, ¿vieron?) también forma parte de este libro, así que mi alegría es doble.

Otro tema: cada quince días y comandados por el prestigioso escritor y editor Sergio Gaut vel Hartman, nos reunimos en El Arte de Fluir, un cálido espacio cultural de Chacarita, en donde realizamos lecturas de cuentos. Quien sienta curiosidad, desee asistir o quiera saber detalles, sólo tiene que preguntarme; responderé encantada.

Cautiva

Lo que me cautiva del insomnio es el mundo lateral. Basta que no pueda dormir para que en la oscuridad de mi pieza se abra una puerta irresistible; esa puerta da a otro lugar, no sé exactamente a dónde, pero no puedo dejar de atravesarla.
Noche tras noche, en las épocas de ojos abiertos, me traslado hacia ese espacio y compruebo, con placer y congoja, que sólo yo tengo acceso a él y a sus territorios de pantanos, montañas, desiertos, mareas, infiernos, jardines botánicos y zoológicos, hombre(s) de mi vida, avisperos, serpientes que ofrecen manzanas, arenas movedizas, relojes cucú que apresan tucanes de diez mil colores, los hijos que aún no tuve, los perros que fueron míos y se murieron o se escaparon, el león que nunca podré tener como mascota, las cosas que te dije esa madrugada, las cosas que no dije nunca y que hacen metástasis, las risas verídicas, las risas que ocultan un estrépito de cristales, el optimismo infatigable, las razones que no me confieso, la mujer del espejo que huyó durante un duelo demoledor y regresó irreconocible pero viva, tu cara, tu cuerpo, tu espíritu solar, el secreto que te corroe y que creés que yo ignoro, laberintos cenagosos que fingen ser fiestas de disfraces.

Y no puedo dejar de ir hacia allí, aunque me diga una y otra vez que ese lugar no me conviene, que ese lugar es para personas diferentes, no para alguien como yo, aunque no sé muy bien cómo soy yo y por qué ese lugar no es para mí.

Anoche volvió el insomnio, y con el insomnio volvió la puerta hacia el mundo lateral. La atravesé, como siempre, pero al querer regresar al mundo real, al mundo cotidiano, la puerta se cerró sin picaporte ni llave ni candado; se cerró y me dejó de aquel lado, mientras el león que nunca pude tener como mascota me lamía la mano.

Estrella distante

“El lujo es vulgaridad, dijo y me conquistó” (PR y sus Redonditos de Ricota).

A menudo me pregunto cómo será vivir en otro mundo, pero dentro de éste. Me pasa cuando veo esos programas periodísticos en donde el conductor anuncia un informe especial en el que, por ejemplo, “la producción viajó un día en el tren Roca, para mostrarte cómo es la realidad”. Y lo dicen como algo extraño, curioso y ajeno. Y yo pienso que la mayoría de los argentinos conocemos esa realidad, la realidad de los trenes descuidados, abarrotados e increíbles y pienso, también, que si quieren mostrar algo casi desconocido, deberían cubrir un partido de Polo o una cena de beneficencia en donde los ricos comen caviar y langosta a fin de juntar plata para que los pobres puedan comer polenta y arroz (como quería Susanita, la amiga de Mafalda).
Sé que la permanencia ayuda a evitar el olvido, pero tanto señalar el costado imperdonable del país me hace sentir que somos animales de circo: nos muestran, pero no nos liberan. Y me incluyo en la lista porque, si bien gracias a los dioses de todas las mitologías juntas no paso hambre ni frío ni grandes males, y tengo casa y ropa más que suficiente, estoy más cerca de la polenta que de la langosta.

Y está lo opuesto, lo muy opuesto. Antes de seguir voy a hacer un par de aclaraciones para extranjeros y/o para intelectuales que no miran televisión: Susana Giménez es la conductora estrella de la tv; es muy popular y muy admirada por muchas personas corrientes que quieren ser como ella (platinada, famosa y rica). Susana Giménez vive en otro mundo, pero dentro de éste. Vive en un mundo en donde la normalidad consiste en viajar por el planeta (para ir de compras) con la misma cotidianeidad con la que su público viaja por el conurbano bonaerense (para ir a trabajar).
Segunda aclaración: el cantante venezolano Ricardo Montaner es, en realidad, argentino. Nació y pasó su infancia en Valentín Alsina, una localidad que está cerca de mi casa; Alsina no es una zona habitual para turistas, como no lo es casi ningún sitio del sur de Buenos Aires. Dicho de otro modo: no es la parte de Buenos Aires que se muestra con orgullo al extranjero. Montaner creció, su familia emigró y se radicó en Caracas, y él logró fama y fortuna por toda América.
Sigo: el otro día, Montaner estuvo de invitado en el programa de Susana Giménez. En un segmento emotivo, la diva pasó un video en el que se veían imágenes de la vida del cantante: la casa de la familia, el barrio de la infancia. En un momento, Montaner mira la pantalla y dice:
-Ése es el puente Alsina, claro. Es hermoso, está cerca de mi casa (su casa de hace cuarenta años, de cuando no era ni rico ni famoso, y que él sigue llamando “mi casa”). Desde hace tiempo está casi destruido, se caen escombros por los costados, pero por suerte ahora hay un intendente nuevo que lo está arreglando, y...
Susana Giménez (quien se llama igual que la amiga de Mafalda) lo interrumpió para mostrar otra imagen; Montaner quería seguir hablando del puente de zona sur, del puente que no se muestra a extranjeros, del puente que es demasiado tangible y no es fashion y que tal vez por eso Susana Giménez no creyó importante y Montaner sí.

Cuando yo sea rica quiero seguir siendo consciente.

El ama de llaves

Esta quincena estoy en Revista Letralia con mi cuento El ama de llaves.
Hay cuentos que escribo que me gustan mucho y otros que me gustan menos; El ama de llaves es uno de los que me gustan mucho.

Y otra cosa: este sábado 8 de agosto, a partir de las 20 hs., estaré leyendo cuentos de terror junto a un grupo de escritores amigos en El Arte de Fluir, un espacio cultural de Chacarita (Olleros 3804). Será bienvenido quien quiera venir.