07 agosto, 2008

Tabú

Quien haya leído el primer libro de la saga de Harry Potter conocerá la importancia de llamar a las cosas por su nombre. Para quien no lo leyó, explico la base de la historia: en el mundo mágico existía un hechicero poderoso y totalmente malvado llamado Lord Voldemort; este temible villano consideraba que los magos descendientes de no-magos eran personas impuras, y que bien merecían la muerte, y no sólo lo consideraba sino que actuaba de acuerdo a sus ideas. Fue tal el terror y el desastre que provocó en la comunidad mágica, que las personas no se animaban a nombrarlo. Su simple nombre causaba pavor. Entonces, Lord Voldemort pasó a ser Aquel Que No Debe Ser Nombrado. Voldemort era invencible.
La masacre continuó hasta que ocurrió algo inédito: un hechizo asesino dirigido a un niño de meses de edad rebotó contra Lord Voldemort, y no sólo el niño sobrevivió sino que además el malvado criminal desapareció. Como si se hubiera evaporado. ¿Quién era el niño que se convirtió en héroe sin haber hecho nada para lograrlo? Harry Potter, por supuesto.
Harry Potter vivió sus siguientes once años ajeno a su mundo real. Quienes lo protegían decidieron que lo mejor para él era ser criado como un niño no-mago, para conservar su anonimato y evitar así enemistades y gratitudes extremas. Cuando al fin conoce su identidad y su extraordinaria historia, Harry comienza a llamar a Voldemort por su nombre. Al ver que los demás magos palidecen al oírlo, Harry le pregunta al director de la escuela de magia en donde estudia si está haciendo lo correcto, o si debería optar por no nombrar al genocida más grande del mundo mágico. El director le responde:
- Utiliza siempre el nombre correcto de las cosas. El miedo a un nombre aumenta el miedo a la cosa que se nombra.
Luego, Lord Voldemort regresa de la casi muerte como sólo él puede hacerlo, y suceden seis libros más de batallas parejas entre él y Harry Potter, el único mago que se atrevió a llamarlo por su nombre.

Recuerdo que hace años, cuando le diagnosticaron cáncer a mi nona, yo no podía pronunciar esa palabra. Cáncer. No podía decirlo. Lo intentaba y palidecía. Cuando logré hacerlo descubrí, para mi asombro, que nada ocurría. Es decir, el cáncer seguía en su lugar. Lo único diferente fue que a partir de ese momento sentí que sabía dónde estaba parada. Estaba parada en las arenas movedizas del mayor dolor de mi vida, sí, nada deseable, pero lo que quiero decir es que mientras el cáncer era tabú, yo me ahogaba en la enfermedad de una persona amada, y que cuando pude pronunciarlo, cuando pude decir cáncer, cuando lo definí, hice pie y así me mantuve un largo tiempo, sumergida hasta el alma pero respirando.

Las cosas por su nombre. Incluso ésas que nos causan pavor. Sólo de ese modo los muros se convertirán en escombro y todo, hasta el amor y el dolor, será conquistable.

52 Comments:

Blogger TORO SALVAJE said...

La palabra "cáncer" ha estado proscrita durante mucho tiempo, incluso ahora para referirse a ella hay todavía quien emplea eufemismos, eso ocurre por ejemplo en la prensa "una penosa enfermedad" o "una cruel enfermedad", como si el hecho de padecer un cáncer fuera motivo de vergüenza.

Fuera tabús, en todo.

Mi correo es mundomagiko@gmail.com, pero no tengo nada que ver con Lord Voldemort, que yo sepa, claro...

Besos.

7/8/08, 11:15 a. m.  
Blogger dany said...

si es cierto.es cierto que la palabra cancer es dificil. es cierto que las cosas hay que llamarlas por su nombre, es necesario, que te amo sea te amo, y que este claro, como tambien el odio, es necesario que todos sepamos donde estamos parados y aveces para eso necesitamos la colaboracion del resto, si todos llamaramos las cosas por su nombre, creo que todos estariamos un poco mas ubicados en el mapa...un besittoooo

7/8/08, 11:20 a. m.  
Blogger CarmenS said...

Además, cuando pronuncia el nombre con tu voz y con todas las letras, da la sensación de que lo dominas. Y de que, por tanto, ya no es tan temible. La enfermedad persistirá pero no te vencerá el ánimo ni las ganas de vivir hasta el último momento

7/8/08, 11:59 a. m.  
Blogger tan versátil como acústica said...

y además, se usa también para designar un signo del zodíaco, yo si fuera de cáncer como signo me pondría un seudónimo. pa, es horrible.

7/8/08, 12:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sabes que odio a Harry Potter, ¿no podías haber utilizado el ejemplo del Doctor House y su honestidad brutal?

Jajaja.

BeS.O.S.

7/8/08, 1:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues yo leí los cuatro primeros de Harry Potter, pero para mí ha terminado toda su gracia. Eso sí, recuerdo que me dolían los ojos de tanto leer seguido el cuarto libro xD

Es cierto, las cosas por su nombre. Claro que, a veces, hay a quien le ofende.

Un abrazo, y te agrego al blogroll :)

7/8/08, 2:08 p. m.  
Blogger Camille Stein said...

es cierto que el miedo a un nombre lo acrecienta... el eufemismo y lo innombrable no ayudan cuando estamos cerca del pánico

eludir determinadas palabras, sin embargo, ayuda a determinadas personas a mantenerse ciegas, como si nombrar lo que se teme fuera una especie de invocación de lo temido

esa palabra, cáncer, fue tabú para mí durante mucho tiempo... aún ahora, después de algunos años, su sola mención acarrea una oleada de recuerdos imparable... y muy difícil de explicar con las palabras

un beso

7/8/08, 3:19 p. m.  
Blogger MBI said...

Las cosas bien nombradas.
Muy cierto.
La fuerza de esas cosas puede ser tremenda.

7/8/08, 3:58 p. m.  
Blogger Bonchita said...

Me gusta el ejemplo que pones, la verdad estoy completamente de acuerdo contigo, las cosas por su nombre aunque aveces cueste mucho....
te mando un beso!

7/8/08, 6:32 p. m.  
Blogger Elena said...

A la hora de la verdad, los eufemismos sirven de bien poco.
Besos.

7/8/08, 6:57 p. m.  
Blogger Fernanda said...

Al nombrar lo innombrable se le quita algo de fuerza, es cierto. El cáncer me da pavor también porque he tenido experiencias cercanas, pero con el tiempo creo que he logrado hacer como tú, nombrarlo y ya... Es bueno poder dominarse así.


Besos, me encantó el ejemplo que diste.

7/8/08, 8:54 p. m.  
Blogger MATISEL said...

Es cierto, da miedo a veces nombrar lo temido, como si al hacerlo lo invocáramos o le diéramos más fuerza, es como una huida, una evasión que pensamos nos libera, pero no... alimenta ese miedo más todavía. Y es el miedo el monstruo, no el nombre, porque quizás nombrarlo nos permite vencerlo, nos da poder sobre él.
Nombrarlo, para aceptarlo o combatirlo.

Besos Gilda.

7/8/08, 9:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

me encanta de ti, gilda, que al escribir aplicas a tu vida cosas que has leído, etc., te ayudan a reflexionar sobre ti misma, y me gusta porque a menudo escribo yo del mismo modo, trayendo a mi vida ideas leídas que me han llamado la atención

un beso grande, siento que empieza y poco a poco crece nuestra amistad, y me da alegría

santi

7/8/08, 9:52 p. m.  
Blogger Diego said...

No nombrar la realidad es una manera de escapar de ella, quizá una de las más eficaces. Porque los nombres llenan el vacío que hay entre las cosas y nosotros, ese vacío que es precisamente lo "inefable". Los grandes poetas siempre han intentado escapar de lo inefable como de un demonio (pienso en San Juan de la Cruz, en Juan Ramón Jiménez, pero hay tantos), porque perseguir la palabra que nombra es una forma de legitimarnos a nosotros mismos. Vos, que conocés muy bien Cien años de soledad, recordarás la peste del insomnio y esa necesidad urgente de escribir los nombres de las cosas para no olvidarlas. Porque no poder nombrarlas era como quedarse sin mundo. Una verdadera tragedia. Creo que hay mucho más para decir sobre este tema, y quizá esta referencia te sirva para escribir otro post relacionado. Estoy seguro que sabrás sacarle partido con tu estilo indiscutible. Un abrazo.

7/8/08, 10:51 p. m.  
Blogger Clarice Baricco said...

Totalmente de acuerdo. Sin rodeos de nada. Sin miedo. Afrontar y no huir. Y creo que cuando uno nombra las palabras correctas en el momento correcto, uno es liberado.

Y me has contado la historia de Harry P. No he visto ninguna pelìcula.

Abrazos...

G

8/8/08, 3:52 a. m.  
Blogger Soy ficción said...

Los tabus no solo cierran la boca, te tapan la cara entera, sin dejarte ver ni respirar, dando una fuerza inimaginable a aquello que ocultamos.

8/8/08, 4:18 a. m.  
Blogger malditas musas said...

Al igual que Clarice, yo soy otra extraterrestre que no sabe nada de la historia de Harry P.De lo que sí lamentablemente supe ((fuye)) ((acabo de poner esta palabra como ¿fallido?))fue de la palabra Cáncer. He visto a esta enfermedad devorarse a dos amigas.
Mi conclusión es que estos monstruos somos nosotros mismos. Nombrarlos es ponerle nombre a bloqueos, sensaciones, palabras indecibles. El fagocitador no es exterior y necesitamos generar un diálogo con él.

Abrazos,
musa

8/8/08, 5:42 a. m.  
Blogger Lazoworks said...

Hola,
Acabo de leer este texto y tienes mucha razón... A veces el dolor es tan intenso que tienes miedo a decir las cosas por su nombre. Pero hay que hacerlo. Solo enfrentandonos a nuestros temores lograremos vencerlos o al menos saber convivir con ellos.
Me has llegado al corazón.
Un saludo.

8/8/08, 7:27 a. m.  
Blogger Raúl said...

No sólo he de darte la razón; no por no mentar al mal éste no ha de presentarse, sino que además te he de agradecer que me hayas sintetizado el origen de la saga Potter, pues no soy yo muy de sys películas y me has ahorrado el tener que verlas (sonrío).

8/8/08, 7:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

A mí aún me faltan muchas cosas que decir por su verdadero nombre. Mientras, disfrutaré de los tabús y de los eufemismos que me salvan de un naufragio seguro. Necesitaste tiempo para poder decir Cáncer y, al hacerlo, te sentiste liberada. El tiempo se hace imprescindible para algunas cosas. Dejemos que pase...

Te he escrito un email despidiéndome de ti. Cuídate, querida Gilda.

Un abrazo muy grande.

8/8/08, 9:13 a. m.  
Blogger David said...

Para bien y para mal, quizá Juan no se equivoque al afirmar que el principio de todo es el nombre, el verbo, logos, la palabra... Yicyk, por ejemplo: el vocablo que debo teclear para que te llegue este comentario.

8/8/08, 10:06 a. m.  
Blogger Bambu said...

Parece que lo que no se menciona no existe pero lo hace y al final duele más.

A parte de eso me han dado ganas de ver Harry Potter, me parece que va a ser mi plan de esta noche. ;-)

8/8/08, 11:25 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

SEÑORA! SEÑORITA! MUJER! SER HUMANO! quede impresionado con lo que escribio! es de mi mayor respeto y admiracion!! enserio... estoy totalmente de acuerdo con vos... las cosas por su nombre y que esos caminos serpentinos en nombre del silencio y el misterio sean alumbrados por la lampara de la verdad destruyendo cualquier vestigio de miedo que quede entre las piedritas de la senda... espero dejes un comentario en mi blog... soy nuevo en esto... saludos desde uruguay. besos.

8/8/08, 11:49 a. m.  
Blogger El Secretario said...

Hola Arcángel.

Para mí lo fue también: demasiadas bajs en la familia (por ambas ramas, paterna y materna...)

Lo llamé el bicho, el cangrejo en algunos de mis escritos.

Pero mi intención es desdramatizar.

Sintiendo, pero desdramatizar.

Hubo una serie de palabras que no podía ver ni siquiera escritas.

Cuendo me acercaba a ellas en una lectura, las detectaba varios renglones más arriba y pasaba esa página.

Ahora las afronto, las escribo, las leo, las repito...

La blogo ( y vosotros) me ayudan a ello.


Abrazo nombrable.

8/8/08, 12:54 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Como si por no nombrar algo, eso desapareciera o no existiera.
Muy bueno, como siempre Gilda.

Besos

...Victor...

8/8/08, 1:37 p. m.  
Blogger Jorge Arce said...

Los miedos y las sombras se hacen pequeños cuando son nombrados. Que bonita reflexión... gracias.

Un abrazo

8/8/08, 2:17 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

gracias por pasar... estoy comenzando a admirarte. saludos. besos y adios.

8/8/08, 2:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

ah... me gustaria agregarte a mi msn... mi correo es zafarranchohoy@hotmail.com otro abrazo. gracias de nuevo por el comentario en mi blog. adios.

8/8/08, 2:27 p. m.  
Blogger Perséfone said...

Que gran lección la que nos has regalado hoy.

Ojalá llegue el día en que lo llamemos a todo por su verdadero nombre.

Un abrazo.

8/8/08, 3:03 p. m.  
Blogger NoSurrender said...

Nos pasamos la vida intentando escapar del dolor, es lógico. Pero negar la realidad nos hunde, lo expresas muy bien, Arcángel. A mí también me ha pasado.

8/8/08, 3:10 p. m.  
Blogger Diabliya Cronopio said...

Me acuerdo cuando vidas atrás me contaste lo de tu nona y me dijiste algo así como 'uno no nombra ciertas cosas con el vano intento de alejarlas'.

Me gusto mucho, Per.

8/8/08, 5:25 p. m.  
Blogger María* said...

Totalmente de acuerdo. Graciosa referencia a Harry Potter. Yo he crecido con él.
Nunca me ha pasado, pero estoy segura de que será así: Mejor las cosas por su nombre.
Nos vemos a la vuelta. ¡Buen verano!

8/8/08, 6:33 p. m.  
Blogger Carlos said...

Srta. G. la palabra es ante todo un empeñoso ejercicio de exorcismo.

Sólo la palabra nos libera.

Un beso.

8/8/08, 7:03 p. m.  
Blogger Anabel Rodríguez said...

Me has dejado de piedra. Lamento no haber conocido antes tu blog, o tal vez este sea el momento adecuado. Me parece que tu razonamiento es tan correcto, que casi asusta. No se si nos libera la palabra, o el pensamiento que maduramos y escribimos. Tal vez sean las palabras las que nos ayudan a construír nuestro mundo.

Saludos

8/8/08, 8:31 p. m.  
Blogger Gwynette said...

Que ganas tenía de leerte !!

Tengo dos amigas que han pasado por esto, y las dos llamaron por su nombre a la enfermedad. Lo curioso para mi, fué como respondieron cada una de ellas..a la más fuerte tuvimos que mimarla muchísimo, la que parecía más débil, fué una fiera: "esto es lo que hay" decía con la actitud y no quería ni una deferencia.
Pero la primera se rapó la cabeza al cero y la segunda se colocó un
un pañuelo en la cabeza.
Afortunadamente, las dos están bien :-)

En la última peli de Harry Potter, le habrán afeitado el bigote al actor? o_O

Apapachos, muchos

9/8/08, 6:55 a. m.  
Blogger AdR said...

Yo también voy a llamar a todo por su nombre:

Eres Magnífica.

Besos

9/8/08, 7:31 a. m.  
Blogger El Doc 9 said...

Acertado análsisi Gilda, aunque hubiese preferido que no te haya inspirado una novela yanqui, que no dice nada, que sólo apunta a recaudar. Malditos yanquis¡¡. si nuestra dirigencia haría como Francia... allí a los productos yanquis, Potter, batman, todo eso, que nada tiene de arte solo es industrial para vender, para entrar en Francia le ponenn impuestos carísimos. Aca, le dan todo, y las pelis nuestras y nuestra cultura, que no es industria, no puede competir. Bueno, vos lo sufriras por el libro de cuentos, como haer frente a los poderosos basura Potter o El señor Anillo?, si encima tu propio país hace negocios con algunos industriales yanquis?, igual, muy buena la conclusión; enfermedad horrible, el càncer, nunca entenderé el negocio de los laboratorios por no sacar la vacuna... bueno, un enfermo terminal da mas ganancia que una persona que este por curarse, no?, beso grande

9/8/08, 12:42 p. m.  
Blogger Antígona said...

Precioso post, Arcángel, sobre todo por la sabia reflexión que conlleva.

Es curioso, porque hay realidades que no son tales hasta que no reciben un nombre, hasta que no son designadas y nombradas. Dar nombre a algo significa hacerlo nacer, concederle un lugar en la realidad.

Sin embargo, no hay retorno en esa operación. Una vez las cosas poseen ya su nombre, su realidad no desaparece porque nosotros nos neguemos a nombrarlas. Creemos que sí. Pero nos engañamos. Como la avestruz metiendo la cabeza en el hoyo para no ver lo que la asusta, creyendo que así desaparecerá.

Y, como dices, atreverse a nombrar aquello que nos causa pavor es el primer paso, tal vez el más importante, para ser capaz de afrontarlo. Porque hay tantas, tantas palabras que nos causan dolor. Pero el dolor sólo se supera a fuerza de plantarle cara.

¡Un beso!

9/8/08, 1:10 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón said...

Emiliano: creo que la autora de Harry Potter es británica. Y creo que si catalogamos a todo como basura sólo porque un porcentaje de ese todo lo es, nos perdemos mucho. Hay productos (sean libros, películas o lo que te guste, y fijate que no lo niego, digo "producto") que venden, y mucho. Y hay gente que especula con eso. Pero que un producto venda mucho no lo convierte en basura. Si no, podríamos decir que la música de, por ejemplo, Joaquín Sabina es basura, porque las entradas a sus recitales salen fortunas. Y no creo que nadie pueda decir, más allá de gustos personales, que Sabina es un mal compositor o un mal músico. ¿O es sólo una cuestión de nacionalidad?
Cuando leo a Harry Potter no busco a Borges en sus páginas, y lo tengo claro.

Un abrazo.

:)

Apapachos a todos.

9/8/08, 1:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No hay como nombrar los fantasmas para conseguir que den menos miedo. A veces incluso si decimos su nombre, se desvanecen. Como humo.

9/8/08, 2:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Qué buena reflexión.

9/8/08, 9:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy totalmente de acuerdo, amiga. No hay que esconderse jamás. Tampoco en el lenguaje.
Así que te mando muchos ánimos para esas luchas y que el tabú desapareca de tu vida y de la de los tuyos.
Por cierto, me encantó las referencias al joven mago, pues yo soy un gran aficionado de la saga de Harry Potter. Me leí todos los libros con avidez. La imaginación al poder, ahora y siempre.
Un beso enorme y parece que ya estoy de vuelta. Confío en poco a poco ir recuperando la normalidad.
Hasta pronto.

10/8/08, 11:01 a. m.  
Blogger Gi said...

Nena! Me hiciste llorar! Te juro!

10/8/08, 11:16 a. m.  
Blogger Marcelo said...

Empezó la campaña: por 100 comentarios al post n° 100 de Brujaroja. Colabore!

10/8/08, 4:08 p. m.  
Blogger Verbo... said...

Todo tiene su nombre y es cierto,
hay que llamarlo por su nombre,
ocultar la verdad, no beneficia a la larga, pues siempre sale la verdad a relucir.

Un beso ♥

M.

10/8/08, 5:34 p. m.  
Blogger Unknown said...

El temor es una herramienta de dominación, lamentablemente muchos tememos, pero lo que nos haría libres, inconscientes, y en algún punto menos recatados sería el entender que la muerte es la etapa final de nuestra vida, y el único paso posible para existir con gloria eterna es ella...
Vivir sin trabas, tabúes, haciendo todo y dando todo es la unica forma de no temerle a la muerte

10/8/08, 7:34 p. m.  
Blogger Aprendiza de risas said...

Qué fuerza tienen algunas palabras y expresiones...

Y por esa fuerza que tienen a veces se convierten en tabues, pero no sólo las que encierran dolor; también aquellas expresiones que precisamente por tanto amor que encierran en su significado da miedo pronunciarlas. Tú sabes a cuáles me refiero, ¿verdad Gilda?

Besos y besos,

11/8/08, 9:48 a. m.  
Blogger Enrique Páez said...

Magnífico, Gilda. He disfrutado con tu entrada como un analfabeto que aprende a leer.

11/8/08, 2:05 p. m.  
Blogger Sombras en el corazón said...

Si, las cosas por su nombre. Una vez dado el primer paso, ya parece que no cuesta tanto.
No hay que darle a los monstruos tanto poder sobre nosotros.

Un abrazo y muy bien dicho.

11/8/08, 4:09 p. m.  
Blogger Álvaro Dorian Gray said...

Quizás el dolor no sea por el nombre sino por lo que rodea a ese nombre, y lo primero es dorrotar al nombre y aplastar el camino a lo que rodea al nombre. Así se puede ganar o, por lo menos, ir tirando.
Saludos y salud

12/8/08, 7:12 a. m.  
Blogger Xuan said...

Me parece muy buena la comparación (yo sí he leído Harry Potter) y muy valiente la elección.

12/8/08, 2:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

la gente se ahorraría tanto tiempo si dijera las cosas tal y como son y las llamara por su nombre!!!

17/8/08, 4:54 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home