19 enero, 2007

Un mundo de sensaciones

Sabiendo que todo se apaga, insistirás alumbrando
(Gustavo Nápoli)


Cuando iba a la escuela primaria, a veces me volvía a casa con Eve y su mamá. Esas veces agarrábamos por la calle del costado del hospital y pasábamos por un geriátrico muy deprimente; me acuerdo que tenía unas cortinas azules que dejaban ver el interior. Con Eve pegábamos la cara al vidrio y saludábamos a los viejos que siempre estaban sentados en el mismo lugar, como si no quedara mucho más por hacer, no en ese momento sino nunca más. Los saludábamos y nos sentíamos mejores personas.
Hace poco nos acordábamos de eso con mi hermana, y nos dimos cuenta que lo que había (y hay) frente al geriátrico es la pared de la morgue del hospital. Es decir que lo que los viejos veían en su rutina de quietud era el costado de un depósito de cadáveres.

Hay un texto que no recuerdo cómo es su exactitud ni recuerdo quién lo escribió, que cuenta esta historia o una semejante:
Hay una habitación cerrada con un grupo de personas adentro. Por algún motivo estas personas no pueden salir ni tienen contacto con el afuera, excepto por lo que uno de ellos ve a través de la única ventana que hay en la habitación. El encargado de mirar por la ventana es siempre el mismo, por alguna razón que tampoco recuerdo. La cuestión es que, día tras día, el de la ventana narra a sus compañeros las maravillas que sólo él puede contemplar. Según lo que cuenta, esa ventana da a algún lugar fabuloso en donde pasan cosas hermosas.
Luego de un tiempo, los que no pueden ver por la ventana empiezan a sentirse ansiosos y codiciosos: no es justo, pensaban, que él sea testigo de esos sucesos extraordinarios y nosotros no. Entre todos lo mataron o simplemente lo arrancaron de la ventana, tampoco recuerdo. Se abalanzaron a contemplar la maravilla prometida, y se quedaron helados y sin retorno al descubrir que la ventana codiciada sólo daba a un despiadado muro gris.

Más que al escritor capaz de escribir la novela perfecta, admiro con toda la potencia taurina de mi amor a esas personas que aún frente a un muro inquebrantable pueden ver un mundo de sensaciones.
Hoy quiero brindar por las personas de las ventanas, por alumbrar incluso bajo amenaza de apagón, por su capacidad de convertir en agua bendita el más venenoso de los pantanos.
Por su manera tan dulce de ser invencibles.

19 Comments:

Blogger Mandarina azul said...

Brindemos pues... chin chin... :)

20/1/07, 12:22 a. m.  
Blogger Sr. Curri said...

Que texto tan bonito.
Brindemos por los que inventan y por ti.

20/1/07, 7:05 a. m.  
Blogger Z... said...

me gusta tu texto, arcángel. guardo siempre una pequeña sombra para aquel optimismo que de tanto iluminar lo oscuro sólo nos aleja de lo posible, algo tan peligroso como dejarse caer pasivamente en el pozo.
vaya mi brindis por los que son capaces de confiar en las salidas posibles ayudados por las ventanas imaginadas.

20/1/07, 9:36 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me quedé pensando en la nobleza del que inventaba mundos fantásticos en la ventana, pero también en la angustia del resto; saber que afuera existe un mundo maravilloso y no poder verlo.
casi siempre los mundos maravillosos no existen, pero está bueno creerlo y está mejor ir a buscarlo y no vivir de cuentos ajenos.
... Claro, el pobre tío de la ventana merecía al menos un "por favor" en vez de la golpiza, pero el cuento pierde dramatismo.

20/1/07, 1:00 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón said...

Yo no me refiero a dejar de ver la realidad para inventar maravillas peligrosas: un muro no deja de ser muro.

El cuento habla de un grupo de personas que están obligadas a vivir encerradas. El de la ventana inventa otro mundo para poder llevar eso. No opta por imaginar en vez de buscar una salida: no hay salida.

Yo no brindo por los dejados, por los que se abandonan... brindo por los que en una situación límite siguen y siguen y siguen.

20/1/07, 3:09 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ya sé que no hay salida. Lo triste es eso; el muro gris del frente siempre terminará por imponerse porque inevitablemente los hombres de adentro van a querer al menos paladear de qué se trata y zas!, la realidad les prepara una bofetada.

Claro, está también la posibilidad de que todos acepten que ese mundo es una ficción que les hace bien. A esas convenciones algunos le llaman arte y yo entre ellos.

Carajo, docenas de analogías de todo tipo vienen al galope...

20/1/07, 4:30 p. m.  
Blogger La Menina de la Reina said...

pobre de aquél que lo ve todo tras un velo negro porque su vida estará marcada por la amargura...

desgraciadamente en este mundo solemos desear lo ajeno; la envidia es una lacra muy extendida que hace que las personas comentan atropellos

los optimistas ven la solución al final del túnel, y no se achantan ante la adversidad...

bonito post arcángel

20/1/07, 5:38 p. m.  
Blogger La Menina de la Reina said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

20/1/07, 5:39 p. m.  
Blogger neoGurb said...

Gilda:

Ponte frente a un espejo. El marco delimita la ventana. La persona de la que hablas está justo frente a ti.

Por ti el brindis, a ti las gracias.

20/1/07, 5:57 p. m.  
Blogger Mariposa_Sabinera said...

Como bien lo dice Ismael amiguisíma:
Brindemos que hoy es siempre todavía!!!... y brindo por vos y todas esas maravillosas personas que son capaces de lograr con palabras unidas por puntos y comas la sensación de no saberse sola en el mundo y que alientana seguir batiendo las alas.
Es que en realidad lo importante es eso no?, no dejar que las cosas te pasen al lado, sino zambullirse de lleno y darle para adelante...
Me encantó tu post, no me canso de decirte que sos grosa...
Gracias por tus letras que dibujan mundos maravillosos aún cuando sólo veamos paredones grises!
Besotes impares y sin sal!
Dani.-

21/1/07, 12:03 a. m.  
Blogger Aiala Ruiz de Alegría said...

Brindo por las mujeres, que derrochan simpatía.. (este es de tu tierra, no?)
Me encanta cuando saltas, ¡pues ya no me da la gana! y das un golpe en la ventana y te salen cosas así.
A la calle que ya es hora/de pasearnos a cuerpo/y mostrar que pues vivimos/anunciamos algo nuevo.
abrazos, árcangel, qué bonita forma de mirar tienes.

21/1/07, 5:29 a. m.  
Blogger El detective amaestrado said...

Si.
Indudablemente hay muchos que realizan labores que se merecen brindis hasta para desayunar

21/1/07, 11:18 a. m.  
Blogger Gwynette said...

Por qué será que a mi también me suena la história del hombre que miraba por la ventana?

Siempre habrá personas especiales, lo más penoso es que no sabemos reconocerlas hasta que no se da una situación límite.

Abracitos de alcachofa

21/1/07, 1:05 p. m.  
Blogger Sandra Becerril said...

Salud...
excelente semana

besos!

21/1/07, 6:54 p. m.  
Blogger ÓL said...

El mérito no está en anunciar el Paraiso, sino en saber que puede estar en un páramo gris.

22/1/07, 12:42 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

me uno a tu brindis

besitos

22/1/07, 12:54 p. m.  
Blogger Horacio Gris said...

No! el título debería ser "Un muro de sensaciones"

22/1/07, 12:58 p. m.  
Blogger pazzos said...

Una lectura conservadora de la fábula nos invita a evitar la fantasía por peligrosa (una tergiversación conservadora, claro)

23/1/07, 3:33 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Cómo hacés para que de algo tan macabro salga un texto hermoso?
Vos estás junto a la ventana.

26/1/07, 12:53 p. m.  

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