De espejos, esencias y apariencias
Algo sucede con los espejos. Algo, una fascinación que no logro explicar en su totalidad. Tengo bien en claro que cuando quiera escribir un cuento de terror, en mi cuento habrá espejo. Si mi relato es erótico, el relato incluye espejo. Cuando incursione en la escritura fantástica, mis personajes tendrán que evadir/traspasar/conquistar/adorar/revelar/rebelar/oscurecer algún espejo.
Mi obsesión por estos multiplicadores no es singular. Desde Alicia en su viaje al país de las maravillas hasta varios textos de Borges, pasando por Harry Potter y su embriagador y peligroso espejo de Erised, mejores creadores que yo recurrieron a los repetidores de imágenes para delinear un concepto o un horror de la infancia. Por eso digo que algo sucede con los espejos.
Me aturde una idea: los espejos aumentan en cantidad todo lo que reflejan. Si dos personas se acarician frente a la vigilancia de un espejo, la caricia será doble. Pero si un asesino mata a su víctima en ese mismo sitio, el crimen será doble también. Habrá un crimen más. No en esencia pero sí en apariencia, y eso no es poco en el mundo que habitamos.
Por esa extraña obsesión trato de actuar con la mayor honestidad que soy capaz de esgrimir sin morir en el intento: si me sorprende un espejo, quiero poder convivir con su imagen.
Esencia y apariencia se funden en esta encrucijada, y yo soy lo que consigo ver.
Los espejos resultaron ser más inteligentes de lo que yo pensaba. Esencia y apariencia se funden. Quizás yo misma no soy más que el reflejo de una mujer idéntica a mí que me mira a los ojos, allá, del otro lado del espejo.
Mi obsesión por estos multiplicadores no es singular. Desde Alicia en su viaje al país de las maravillas hasta varios textos de Borges, pasando por Harry Potter y su embriagador y peligroso espejo de Erised, mejores creadores que yo recurrieron a los repetidores de imágenes para delinear un concepto o un horror de la infancia. Por eso digo que algo sucede con los espejos.
Me aturde una idea: los espejos aumentan en cantidad todo lo que reflejan. Si dos personas se acarician frente a la vigilancia de un espejo, la caricia será doble. Pero si un asesino mata a su víctima en ese mismo sitio, el crimen será doble también. Habrá un crimen más. No en esencia pero sí en apariencia, y eso no es poco en el mundo que habitamos.
Por esa extraña obsesión trato de actuar con la mayor honestidad que soy capaz de esgrimir sin morir en el intento: si me sorprende un espejo, quiero poder convivir con su imagen.
Esencia y apariencia se funden en esta encrucijada, y yo soy lo que consigo ver.
Los espejos resultaron ser más inteligentes de lo que yo pensaba. Esencia y apariencia se funden. Quizás yo misma no soy más que el reflejo de una mujer idéntica a mí que me mira a los ojos, allá, del otro lado del espejo.
17 Comments:
Si los espejos son muy extraños y evocadores. Yo ya escribí un historia no se si de terror.Pero el espejo estaba bien presente.
besitos
y el peor de todos es un espejo empañado que no te deja ver que pasa con tu reflejo...
Los espejos son un codiciado material literario, verdad? dan para muchísimo (tienes mucha razón, todo es doble, ante el espejo, lo bueno y también lo malo)...
Saludos cordiales
Liter-2 (de liter-a-tres)
que curioso ! yo también siento esa fascinación por los espejos, sobretodo en los espacios :)..y adoro:"A través del espejo"..tuve hace tiempo una web dedicada a los espejos,-de eso hace tiempo-..aqui te dejo la dire de una foto muy sugerente..
http://www.art-memoires.com/lmter/l5254/52mgdamewelles.jpg
cariños de alcachofa
Y cuando te miras al espejo y no te reconoces?, cuando no concuerda lo que ves con lo que está reflejado... Es curioso, a mí me ha pasado alguna vez, pero intento que no sea así.
A mí siempre me ha angustiado mucho entrar en los laberintos de espejos que hay en las ferias. Temo entrar y no poder salir
quizá tu eres la otra, la del espejo. Un reflejo de la realidad.
mmm bueno, eso es loq ue siempre dudo cuando me veo en uno. Nunca me devuelve la mirada que espero.
Me gusto mucho este post, arcángel, mucho mucho.
un abrazo
Hay un cuento corto, precioso, de Ray Bradbury sobre un enano que se obsesiona con los espejos distorsionados de una feria, en los que la propia distorsión le hace verse como un hombre normal. La magia de los espejos, sí :)
nunca habia pensado de esa forma en los espejos para mi o eran mis complices o mis peores enemigos!!!
besos
qué lindo post y qué tema los espejos.
hace años, mientras me estaba arreglando para salir, rompí sin ninguna intención uno gigantesco (un movimiento torpe de mi pie que empujó un mueble cercano al cristal).
la sensación de ver caer los vidrios fue como la de estar viendo mi propio desmembramiento; y luego de la caída, miles de mí desparramadas por la habitación.
extraña sensación.
saludos, arcángel
Estaba por mencionar el cuento de El enano de Ray Bradbury (de su magnífico País de octubre) pero nosurrender ya lo ha hecho, así que sólo dire que si hacemos caso a Wilde y a Stoker (Dorian y Dracula viven en guerra con sus reflejos), el espejo muestra la esencia del alma, o el alma, y por eso es nuestro enemigo...
arcángel,a mí me gustan los espejos en los lagos y algunos espejismos (mientras duran...)
Los espejos me atraen... no sé si en rechazo o invitándome a acercarme. Pero definitivamente son enigmáticos y encierran tantos misterios como reflejos.
De chica, cuando me quedaba en la casa de mi abuela y tenía que ír al baño de noche me daba miedo pasar al frente de un espejo grandisímo que tiene, porque en la oscuridad me daba la sensación de ver mi imagen distorsionada... en fin... locuras
Cambié de blog amiguisíma... te espero a vos y al que quiera pasar!!
Dani.-
Pero hay algo peor... si un espejo se rompe no sólo serán siete años de mala suerte, sino también la multiplicación de los hechos.
Para los espejos, Borges, sólo Borges. Nadie los veía como el que, curiosamente, era ciego.
Pasate por "casa" cuando quieras.
Besos
A.-
El mejor, el espejo retrovisor, sin duda alguna. ;)
saludos
¿Cómo Alicia? A mi nunca me han gustado la verdad, pero sí he escrito mucho de ellos... creo que tengo cierta obsesión extraña...
besos
Con el tiempo, mi fijación con los espejos se fue haciendo definitivamente más prosaica; cuando niño los grandes espejos definían definitivamente el paso a otra dimensión, ahora me angustian los retrovisores: siempre alguien los saca de lugar para comprobar el tamaño del grano.
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