El joven aprendiz
El joven aprendiz de mago se secó el sudor de la frente con una mano igualmente sudada; era el día del examen final y las cosas venían difíciles. El maestro tenía fama de exigente, y el muchacho era de esas personas que se ponen nerviosas cuando alguien las mira fijo.
El examen consistía en el trillado truco del conejo y la galera. La mayoría de los alumnos lo había hecho relativamente bien, y sin embargo el maestro no premió a nadie con elogios refrescantes. El muchacho estaba al borde del desmayo.
Cuando llegó su turno, el joven aprendiz se acercó a la galera ubicada en el centro de la mesa, la golpeó tres veces con la varita de utilería, y dijo, trémulo, las palabras mágicas. Durante los primeros segundos no pasó nada. A continuación de la nada, el muchacho vio cómo una pata gris y enorme se abría paso desde el interior de la galera, seguida por una trompa extensa y ansiosa. Quince minutos le llevó al elefante salir en su totalidad y desplomarse, jadeante de cansancio y clautrofobia, sobre el suelo del aula.
El maestro miró con desdén al animal y con arrogancia al muchacho, y le preguntó:
-¿Acaso esto es un conejo?
El aprendiz musitó una disculpa y se atragantó con el cero que el maestro le puso como calificación. Luego anunció que renunciaba a la magia, como si eso fuera posible, y salió del salón.
El elefante lo siguió con prisa, temeroso de que algún deslunado volviera a meterlo en la galera y se viera obligado a pasar allí otros cincuenta años, hasta que de entre tanto ilusionista apareciera un mago de verdad y le concediera, sin fama ni gloria, la libertad.
El examen consistía en el trillado truco del conejo y la galera. La mayoría de los alumnos lo había hecho relativamente bien, y sin embargo el maestro no premió a nadie con elogios refrescantes. El muchacho estaba al borde del desmayo.
Cuando llegó su turno, el joven aprendiz se acercó a la galera ubicada en el centro de la mesa, la golpeó tres veces con la varita de utilería, y dijo, trémulo, las palabras mágicas. Durante los primeros segundos no pasó nada. A continuación de la nada, el muchacho vio cómo una pata gris y enorme se abría paso desde el interior de la galera, seguida por una trompa extensa y ansiosa. Quince minutos le llevó al elefante salir en su totalidad y desplomarse, jadeante de cansancio y clautrofobia, sobre el suelo del aula.
El maestro miró con desdén al animal y con arrogancia al muchacho, y le preguntó:
-¿Acaso esto es un conejo?
El aprendiz musitó una disculpa y se atragantó con el cero que el maestro le puso como calificación. Luego anunció que renunciaba a la magia, como si eso fuera posible, y salió del salón.
El elefante lo siguió con prisa, temeroso de que algún deslunado volviera a meterlo en la galera y se viera obligado a pasar allí otros cincuenta años, hasta que de entre tanto ilusionista apareciera un mago de verdad y le concediera, sin fama ni gloria, la libertad.
59 Comments:
Yo fui mago
Y nunca saqué un elefante de una chistera
Frustrado me dejas
Dichosas magias protectoras de animales
¿De verdad se lo llevó?Debe ser una compañía muy agradable y una conmoción en el parque a la hora del paseo. Me enteré hace poco que la gente con perros va a los parques a ligar, qué desfachatez, seguro que con un elefante y la galera puesta, se pone las botas aun sin hacer un solo truco.
Que mal ojo tenía el profesor... bueno y el mago.
Un beso
lo que para algunos fue lo que no deberia suceder el pobre elefante lo esperaba desde hacia años ... que loco como la magia es distinta segun el cristal con la que se la mire o del lado de la galera donde uno esta..
besos
gracias por pasar nos estamos leyendo
El maestro no era muy tolerante verdad?
Si soy yo le paso por encima montado en el elefante, un cero?, que se ha pensado?
Besos.
Ahora lo entiendo todo Gilda, ahora comprendo que yo soy elefante y vosotros mis ilusionistas, día tras día evitando que vuelva a la galera.
Como siempre, una maravilla.
Besos.
por lo menos liberó al elefante de tanta opresión y de tantos años de encierro...yo le hubiera puesto un 10, no es fácil sacar un elefante de una galera, aparte sería bastante original!
ja! Muy bueno, y con un sentido del humor excelente! Me reí cuando se llevó al elefante detrás. Un saludo!
Buenísimo el cuento y buenísimo ese final tan gráfico del elefante siguiendo a su libertador.
Magia la tuya, muchacha. Y cada vez mejor.
:)
Un abrazo bien fuerte
Qué bueno.
Beso.
Genial, es realmente genial. Me encantó como enfatizas que no es posible renunciar a lo que uno es, Me dejó el mensaje de que, todos los mediocres intentarán hacer a alguien extraordinario, un mediocre más, sólo por miedo a verse relegado.
Besos
desde luego... y no saber reconocer la magia cuando la tienes delante... me gusta pensar que el de la magia es un mundo distinto, una especie de limbo de donde salen cosas geniales, que te hacen admirarte por cualquier cosa :) es mejor así. la magia, la magia de la vida.
un beso.
Genial!
Me encantó, te fijas?, así es, si nos piden que mostremos una cosa, ha de ser esa y no otra; ni mejor ni más grande, esa o pasaremos al submundo...
Sin embargo puede que seamos los mejores, los mejore magos o los mejores "lo que sea..."
Besos
Buena pareja harían el mago frustrado y el elefante redimido, aunque ´fuera una amistad de conveniencia.
Moraleja:no saques un elefante de la galera, cuando te han pedido un conejo.
Dios mio, pero aprobó no?
Besicos
jaja.. pues la magia no es sacar conejos de la chistera sino entender la esencia de las cosas.. ¿no?
abracadabra...
***** un abrazo..
Puedo decir que me pareció linda la historia??? O será que sólo quise ver una parte de la historia? La del elefante... jejeje... Me gustó!
Lástima la ceguera de todos los allí presentes que, por culpa de las normas preestablecidas por dios sabe quien, nadie fue capaz de ver a ese mago de verdad.
Bonita metáfora.
Un saludo.
Siempre habrá un mago que puede sacar algo más que un conejo porque también hay elefantes que lo esperan. Besote!
A veces no puede ser uno brillante, ni suiguiera aportar mejoras o innovaciones en su trabajo, porque destacar implica superar a tus superiores, y esto si que no lo perdonan.
Te perdoran errores, pero nunca que les eches una pata por encima.
Asi que en muchas ocasiones tenemos que convivir con la mediocridad y con nuestro gran proyecto mal malorado sacado de la chistera.
Apapachos querida Gilda.
De nada le valía la calificación del maestro... la vida le ensería el verdadero mago que era...
Me ha encantado :)
Besicos
Cincuenta años esperando a que entre tanto mediocre hubiera un mago de verdad ...lastima que el elefante no supiera hablar y que el aprendiz fura tan inseguro.
Besos
Este aprendiz debiera primero aprender a sacar de su chistera algo de seguridad en sí mismo y otro gallo le cantaría... Aunque era conejo, no?
Ejem... besitos nena,
Sacar un elefante de la galera, cuando se espera un conejito…Mmmmm, creo que conozco el desdén.
Muy buena moraleja Querida Amiga!
(También me sigue un elefantito)
:)
Kiss Sweety!
Siempre habrá alguien arrogante y mediocre capaz de desmoralizar al mejor...y de fastidiarle sus iniciativas, pero qué bien que haya liberado al elefante...
Besos y mucha magia para realizar imposibles.
Buenisimo... me encanto che... como es la vida no... hay q sacar un conejo, te saco un elfantee!! y nunca nadie esta contento...
que injusto...
Muy bueno che.
Paloma666
relato simpático e ideal para contar a los niños que siempre se quedarán desconcertados por lo de si acaso lo del elefante será cierto...y es que envidio a los niños...un abrazo
Ahora sólo espero que con el tiempo, el aprendiz despierte y se de cuenta que su talento es del tamaño de un elefante.
Salutes.
Llegar aquí y leer tus cuentos es como meterse un caramelo de un recuerdo en la boca... deja un sabor inolvidable :)
Besos, escritora.
maestros, cuántos genios frustrados se meten a maestros frustrantes.
Que bueno y que divertido niña. Besitos varios.
por un momento pense que el elefante terminaba com la canción de Moris, "El Oso", libre, beso Gilda
que lindo cuento el de hoy por dios siempre uno mejor que otr che!
mira si yo seria maga de la galera en vez de un conejo saldrian ranas o algo asi...soy muy mala para la magia
besines amiguchi,,
eres una dulzura!
chao chao mujercita!
:)
Pero qué bruto el maestro, cómo es posible que no valoró al elefante? Se conformaba con lo menor.
Al menos el elefante fue inteligente y se largó con el verdadero mago.
Oh Gilda, qué voy hacer contigo? pues gozar de tus relatos.
Abrazos linda.
Graciela
La verdadera magia no puede -ni debe- ser oficial
;)
me encantó tu cuento
bso
musa
Cuando, señorita Gilda, leí las palabras "trémula" y "deslunado"; no me quedaron dudas (ninguna de ninguna) que este texto era bueno.
Por estos días se me están cruzando tanto los magos... Pero cuando leí el joven aprendiz sinceramente pensé algo sexual (Desvarios para psicólogo);
Woodyallenesco; sería mi palabra para su relato.
Muy bonito.
Saludos.
(Y... Interesante su teoría sobre los enteros que se buscan... Somos un entero, luego nos encontramos con otro entero, simplificamos y nos queda... un entero... ¿no?
1/1 + 1/1 igual 2/2; simplificamos y nos queda 1/1... ¿no?)
Que malo el profesor!
:)
Che Gilda, insisto, de dónde sacás tanta inspiración?
de la galera?
Qué poca magia tuvo el profesor con su alumno.Fíjate, cómo estos profesores desde la más tierna infancia desdeñan los diferentes y qué listo el elefante, se fue con su salvador. Qué bien, con el descalabro hizo un amigo.
Me ha sacado una sonrisa esperanzada. Hasta me he imaginado las posibles espectáculos que, con el tiempo, podrían hacer juntos.
Inuits
Esta historia no es un truco. Es magia. Vos también me caes bien. Mejor, mejor. Me gustó el elefante. Mucho.
¡Genial! Creo que es de lo mejor que te he leído, Gilda.
Un beso
" Luego anunció que renunciaba a la magia, como si eso fuera posible..."
¡ Magistral !
Saludos
Genial como siempre! me encanta estar por aquí de nuevo , no hay nada como volver a casa, un besazo grande,nos leemos!
Genial, Gilda.
Últimamente todo es mágico a mi alrededor...
Besos
Pero qué gozada de cuento!!
Estupendo y divertido, como siempre.
escribes genial, dan ganas de comprar un libro tuyo. para cuando?un saludo
Bueno, ¡qué exigente el maestro! Me recuerda a algunos (jeje). La cuestión es ser original, no tanto lograr que un conejo salga de un sobrerito. Claro que yo me pregunto otra cosa: ¿qué persona consiguió meter al elefante allí? Eso no lo cuentas, Gilda, pero da para otro relato, pues resulta igual de difícil o más.
:)
Cuídate
Me imaginé esos 15 minutos como un parto en el que el atrapado luchaba por su libertad, el inseguro comprobaba su potencial y valía y el necio se atragantaba con su propio orgullo.
La vida contada como un cuento...
Un abrazo.
La frustración del joven mago está clara, pero hasta me parece ver la del elefante. Un abrazo.
Muy lindo, Arcángel!! Mientras lo leía lo asocié a tantas cosas que no cabrían de modo alguno en este cuadradito. Me gustan mucho tus minicuentos.
mmmmm
me encanta tu blog.
Volveré.
Besos húmedos y poéticos
muy bueno!
y muy pedagógico, sí.
aún tengo la sonrisa en los labios,
un abrazo,
De ensueño este relato pero que sí nos deja enseñanza. Somos mucho y no lo sabemos.
Un abrazo amistoso grande de elefante para colmar los que no te había vuelto a dar.
¡Joder ! que bonito, y perdona por la expresión.
Un beso
Esta historia huele a Harry y su mundo de fantasía. Me gustó mucho, amiga. A veces un gran maestro se esconde debajo del disfraz de aprendiz. Es la moraleja que me llevo. Espero que vaya todo bien al otro. Un beso enorme.
Ese aprendiz es un loco de la colina. Sin duda alguna.
¡Qué cuento genial!
Jijijiji, gracias, es un regalazo, fin de semana pasado yo mago que no sacó conejo de chistera...
Oh! Que alegría! Salvo al elefante! Cuanto me alegro por ambos!
Publicar un comentario
<< Home