El espacio que ocupas en mi alma
En su extraordinaria novela Nuestra Señora de París, Víctor Hugo dice que un tuerto es mucho más incompleto que un ciego, porque sabe lo que le falta.
El protagonista de la historia es Quasimodo, un hombre jorobado y tuerto que vive en una iglesia, y que se enamora de La Esmeralda, una gitana bellísima que ama, a su vez, a un soldado hermoso llamado Febo.
Quasimodo carece de belleza, de amor y de un ojo, entre otras cosas. Quasimodo es desdichado debido a esas carencias, y lo que hace notar Víctor Hugo es que es infeliz no sólo porque le faltan cosas sino también porque es consciente de eso. Quasimodo sabe cómo es mirar, y le duele su condición de cíclope. Sabe qué cosa es la belleza porque La Esmeralda la posee en cantidades punzantes, y le escuece la propia fealdad. Sabe qué cosa es el amor porque es testigo de la relación entre la gitana y el soldado, y le destruye el alma que la mujer lo mire con lástima.
Eso de que el saber no ocupa lugar es aplicable a los conocimientos de diccionario, pero nunca al saber como sinónimo de ser consciente de uno mismo. Quien decida navegarse, hurgarse, desenterrar sentimientos arcaicos y sostenerse la mirada debe tener en cuenta que la verdad es cosa de valientes, y que los valientes suelen terminar, a la larga, con varias heridas profundas y algunas, incluso, incurables.
La otra opción es recluirse en el campanario con la solitaria compañía de un par de gárgolas, y no cuestionarse ni mirarse ni asomar la nariz, ni adentro ni afuera. La inacción extrema es un precio justo por una tranquilidad sin goteras. No hay heridas, porque no hay nada.
Quasimodo ya eligió. El saber le pesa como una joroba, otra más.
En Quasimodo hay heridas, porque en Quasimodo hay algo.
Podría ser peor.
El protagonista de la historia es Quasimodo, un hombre jorobado y tuerto que vive en una iglesia, y que se enamora de La Esmeralda, una gitana bellísima que ama, a su vez, a un soldado hermoso llamado Febo.
Quasimodo carece de belleza, de amor y de un ojo, entre otras cosas. Quasimodo es desdichado debido a esas carencias, y lo que hace notar Víctor Hugo es que es infeliz no sólo porque le faltan cosas sino también porque es consciente de eso. Quasimodo sabe cómo es mirar, y le duele su condición de cíclope. Sabe qué cosa es la belleza porque La Esmeralda la posee en cantidades punzantes, y le escuece la propia fealdad. Sabe qué cosa es el amor porque es testigo de la relación entre la gitana y el soldado, y le destruye el alma que la mujer lo mire con lástima.
Eso de que el saber no ocupa lugar es aplicable a los conocimientos de diccionario, pero nunca al saber como sinónimo de ser consciente de uno mismo. Quien decida navegarse, hurgarse, desenterrar sentimientos arcaicos y sostenerse la mirada debe tener en cuenta que la verdad es cosa de valientes, y que los valientes suelen terminar, a la larga, con varias heridas profundas y algunas, incluso, incurables.
La otra opción es recluirse en el campanario con la solitaria compañía de un par de gárgolas, y no cuestionarse ni mirarse ni asomar la nariz, ni adentro ni afuera. La inacción extrema es un precio justo por una tranquilidad sin goteras. No hay heridas, porque no hay nada.
Quasimodo ya eligió. El saber le pesa como una joroba, otra más.
En Quasimodo hay heridas, porque en Quasimodo hay algo.
Podría ser peor.
61 Comments:
Uno de mis libros favoritos. Y una de mis opciones constantes, la de elegir la verdad y llevarme una herida que dejará cicatriz. Pero es que a mi nunca me parecieron cómodos los campanarios...
Yo hoy estaba muy reflexiva y esta sintesis me mato.
Un beso y me voy a seguir con mis reflexiones personales
Quasimodo luchó por lo que quería al igual que el Fantasma de la Opera aunque de otra manera.
Defectos tenemos muchos y la mayoría sabemos cuales son y los asumimos.
A mi lo que me encierra en la torre es que se burlen de mi por mis defectos.
Sólo sufre el que se da cuenta; el no saber ciega y uno se tira a piscinas sin pensar; ser consciente, por el contrario, ilumina tanto que a veces uno se encierra en su campanario de las vergüencitas y no quiere salir... Si ya lo dice el dicho, la ignorancia es muy atrevida.
Besos.
A veces he pedido a gritos no saber porque admiro esa amable ingenuidad que yo tenía, Quasimoda que habita en su propio mundo de belleza...
De acuerdo totalmente. Cuánto más sé más sufro, cuáto más veo más sufro, cuánto más entiendo más sufro.
Total un desastre.
Besos.
no se puede estar vivo sin ser consicente del dolor de estarlo. Huir del dolor es morir, no hay alternativa.
Salud!
Prefiero ser valiente aunque quede toda atropellada..ufff..La vida!.
Buen libro y como siempre, me haces reflexionar.
Besos preciosa Gilda.
PD. Trata porfa, sacrifícate por mi, ja! de ver la película y no odies a Francesca, jiji..
Creo que defectos tenemos muchos pero la mayoría optamos por negarlos o encubrirlos. Por desgracia vivimos en una sociedad hipócrita, la realidad es que en nuestro mundo un defecto físico puede ser una lacra; aunque la mayoría se las dé de aceptar a los mutilados, paralíticos, deformes, etcétera ¿quién carga con ellos? Sólo una pequeña parte de la sociedad encara los problemas de forma sincera y abierta, involucrándose en ellos. Yo tampoco puedo jactarme de ser mejor que nadie; pese a ello trabajé de auxiliar de enfermería durante tres años y presencié como la sociedad da la espalda a los enfermos irreversibles, a los que no tienen nada, a la basura de la sociedad, pero sobre todo a la muerte... Un saludo!
Mejor tener joroba entonces, y ser tuerto, o lo que sea, antes que no ser nada. Tras los defectos se puede encontrar belleza.
Besos
A sus pies Árcangel.
Joven en años y profunda en sabiduría.
Alma vieja en cuerpo joven, con expresión ágil, sólida, precisa y bella.
Inuits
Todos llevamos un Quasimodo en nuestro interior. La sabiduría consiste en no sacarlo a pasear muy a menudo. En su lugar, hacer acopio y manifiesto de esos personajes que nos configuran nuestra personalidad, porque, lo que está claro es que, cuando sacas a pasear a tu Quasimodo, hay gente que se aprovecha de ello.
Lo sé. Estoy segura.
Muy bueno este texto Gilda.
Besos,
Por eso a veces estoy de acuerdo en mentir... a veces es mejor buscarse según qué estrategias para no ver la verdad...
Ais, me pillaste melancólica!
Besicos
Béndita ignorancia... suelo yo siempre decir una y mil veces. Pero a Quasimodo se le quiere, se le tasan esos dolores, y se le recompensa con el amor de los que sabemos de sus sufrimientos. Los ignorantes ignoran todo. No les vale la pena. Además, tienen todos la misma cara, como de inyectados de estupidez...
Un beso fuerte, tierno, Cuasimodo... y grande.
No he leído el libro, pero tuve la fortuna de ver una película basada en él. Charles Laughton hace una de las interpretaciones más memorables que recuerdo. Mis ojos de niño sólo lo veían a él, al pobre Quasimodo. Esmeralda no me gustó, era brusca y ordinaria, y así, ninguna mujer es bella, aunque esté buenísima.
Hay muchos desterrados; demasiados jorobados para tan pocos campanarios; gibas reales o metafóricas en el aspecto o el cerebro, lo que es mucho peor como sabiamente Ud. apuntó.
Hoy, nos hemos desayunado en España con la noticia de humanoides entre nosotros, y lo que es aún más horrible, también entre sus sobrinos. He aquí los verdaderos monstruos.
Creía que se llamaba El Jorobado de Notre Damme, o algo así.
"En el país de los ciegos, el tuerto es rey".
Acabo de inventarla, me vino así, naturalmente.
:)
Shil, te acabo de decir esas dos pavadas porque si me pongo a dar manija estoy en el horno. Comprendéme.
Un besote, te salió tremendo.
Me pregunto una cosa, algo tal vez estúpido, existe algún protagonista de novela que resalte por su falta de acción, no creo. Todos actúan de alguna manera, creo yo. Porque sino más que protagonistas, serían víctimas, y la trama perdería su atractivo.
La vida duele, y cura, da alegrías y penas, aunque no siempre en la medida que nos gustarías, cualquier personaje debe contener de todo un poco para resultar atractivo.
No creo que el tuerto sea menos afortunado que el ciego, más bien al contrario, pero siempre hay maneras de mortificarse..
Besos tuertos
Personaje entrañable, con toda su carga de dolor encima.
Entiendo y comparte el mensaje de Hugo. El peor de los males, es ser consciente de que se sufren males.
mientras más se conoce más nos damos cuenta de lo mucho que falta por conocer... prefiero al menos eso, que quedarme en la ignorancia o en la mentira para no sufrir... paralelo a eso creo mi propio mundo de sueños, donde la ceguera es la reina.
Saludos Gilda, tremendo texto =)
No sólo decirte que me ha encantado como lo escribes sino también decirte que lo que escribes me ha puesto los pelos de punta. ¡ Extraordinario, compañera, extraordinaria entrada !
Besos.
¡ Salud !
Antón: en el libro, La Esmeralda es buenísima, muy inocente, alegre.
Praderín: vos decís la versión que hizo Disney. Yo la vi en el cine y lloré (también lloré con Hércules y El rey león).
:)
Apapachos a todos!
Me cambiaste el ritmo, me recordaste a Quasimodo, me llevaste a Víctor Hugo.
No conforme con eso, me convidaste a reflexionar. Concluí en que muchos cíclopes lo son, sin ser conscientes que transitan la existencia, con un solo ojo, a pesar de que tengan dos. Qué desperdicio! Otro ejemplo de tranquilidad "sin goteras".
M-e-m-o-r-a-b-l-e-s letras. Diosa!
Hay algo llamativo y es que por más que la persona sea bella estéticamente ante la mirada de su prójimo ella siempre se encuentra un "algo" que la hace sentir un Quasimodo. Ese "algo" puede ser de cualquier índole: físico, psicológico, estético, etc, pero sea cual fuere es el punto débil.
Ahora bien, mirarse uno mismo y saber sus defectos y limitarse por ello es algo "común", pasa a menudo, casi diría todo el tiempo en sociedades modernas y "globalizadas" como las que vivimos. Estereotipos marcan como aguja de reloj nuestro día a día y legiones de Quasimodos salen a diario a esquivar reflejos en vidrios, o agujas de balanzas. Pero más allá de ser valiente a la hora de enfrentar y sobrellevar la joroba o el único ojo creo que la salida radica en salir de uno mismo y pararse en frente y preguntarse ¿qué rol quiero interpretar en la vida?, ¿merezco ocultarme?, ¿merezco desbalancear mi felicidad por mis cosas "poco normales"? y en las respuestas está la visión que indica un posible salida del laberinto mental al cual nos somete la joroba y el único ojo.
Interesante post.
Saludos.
prefiero ver la verdad y enfrentarme a ella, aunque sea con un solo ojo.
siempre merece la pena ser uno mismo.
Siempre puede ser peor, Gil, conozco Quasimodos que se asomaron a la verdad y luego volvieron al campanario. Y las heridas están igual.
Besachos
Quasimodo tenia condicion de ciclope pero veia con el corazon por que lo esencial es invisible a los ojos dijo una vez un principito. El lucho.
No tuve oportunidad de leer el libro pero vi la version de Disney y lloré. Jeejeje.
Besos Gi.Nos estamos leyendo.
Existos.
Por lo que leo en los blogs, está llenísimo de valientes soldados que salieron a luchar al campo de batalla de eso que llamamos amor, y volvieron a casa derrotados, con heridas profundas...aprendo de todos, pero mucho, mucho, de ti, y tu síntesis...:-)
Besitos y apapachos pechiocha
Gilda, no puedo leer Fluorescente...que hago mal ? :-(
sin em bargo, gilda, parte de la verdad es la esperanza y la fe en que ninguna realidad es definitiva: nuestra fuerza es siempre mayor
te beso y abrazo mucho
s
Holaaaa.
Un escrito ´´unico, me ha gustado.. la verdad.. pienso que se debe tener esperanza y mucha fuerza interior.
que estes bien.
abrazos.
Estupenda entrada...propia de un arcángel.
Hay muchas heridas por ver la verdad, quizás también a veces descansamos y nos encerramos en nosotros mismos, con nuestras propias gárgolas, para curar las heridas. Pero el valiente, siempre vuelve de nuevo a mirar las verdades, en especial las suyas propias que son las que más duelen, aunque vuelva a salir herido, porque siempre tiene la esperanza al fondo de su caja de Pandora.
Me ha llegado tu escrito...ser consciente de lo que falta o de lo que nunca tendrás, duele, pero verlo es el único camino para corregirlo o buscar alternativas.
Besos
Me pregunto qué tendrá que ver el título con el texto.
Me respondo que debe ser que si uno tiene un alma, algo puede ocupar un espacio en ella, si no, no, por lo que se deduce que el jorobado tiene (o tenía) un alma que es ocupada por la desdicha de saber tantas cosas que nunca va a tener.
No le veo la ventaja a ser valiente, pero sólo es un punto de vista: soy un hombre sin principios.
Iba pensando en el contenido de la frase anterior (“No le veo la ventaja a ser valiente, pero sólo es un punto de vista: soy un hombre sin principios.”) en busca de una maquinilla de afeitar y unos tapones para los oídos en el súper cuando de repente, de súbito, ipsofácticamente me he visto reflejado en el lustro espejado de un estante: ¡coño, la paja en el ojo ajeno! , me he dicho.
Ahora sé algo más de mí, boba, gracias.
En una escena de la película "Lugares comunes", un profesor se dirige a su clase dando sabios consejos. Uno de ellos me pareció estupendo: "despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez". Tú lo dices, "en Quasimodo hay heridas, porque en Quasimodo hay algo". Sí, hay lucidez, algo que está a nuestro alcance toda nuestra vida. Un abrazo.
Justo lo comentaba con otra bloguera esta mañana: a veces parece que la felicidad está en la ignorancia.
Como siempre, es un placer leerte.
Un abrazo
A base de ser valiente me van partiendo la cara y desgarrando el alma. Recibo golpes, me levanto y los vuelo a recibir. Empiezo a coger complejo de saco de boxeo.
Pero bueno, si Quasimodo pudo, pues imagino que yo también. Ya lo único que me falta es que me salga una joroba.
De Esmeraldas, mejor ni hablar. Creo que voy a dejar de creer en ellas.
Me gustó tu texto, porque hoy me hiciste pensar.
Un beso muy fuerte, arcángel. Cada vez que bates tus alas, me haces volar. Hasta pronto.
Saber duele, sí.
Pero yo creo que siempre es mejor saber que no saber.
Un beso, Gilda.
Otra historia (desconocida) cuenta la primera vez que alguien se buscó su propia mirada: tenía 16 años, era su primera borrachera y en el espejo reconocía a alguien distinto, a un adolescente eufóricamente triste. A decir verdad se encontró interesante, no exactamente atractivo, no, lo que le gustó fue el hecho de darse cuenta que crecía, que tal ves era un poco más feo, más tosco, más burdo, pero algo le gustaba de ello, tal ves fuese el cambio, si, me parece que le gustaba verse cambiado. El chiste es que se quedó así un rato, como diciéndose que los años había que vivirlos, como justificándose el rostro desencajado, como bendiciendo aquella mala postura, brindando con la mirada perdida por su futuro incierto.
A diferencia de Don Quas, ese día, Don Alguien elegío burlarse un poco de su aspecto patético y, con ello, quitarse un poco la joroba.
Ciertamente se necesitan tamaños para sostenerse la mirada.
0.O
La ignorancia es una bendicion, y meterse en la piel del heroe epico no es mas que un intento ciego hacia el estoicismo autoimpuesto. Como tantos filantropos y bleeding hearts que andan por alli haciendo obras de beneficencia para luego contarlo en sus grandiosos meetings dandistas. Prefiero a los filisteos, al chorizo y el vino barato y la musica estridente del suburbio. Prefiero todo esto, digo, pero no lo consigo.
Saludos,
ya sé que no es el tema del post
pero los conocimientos tipo diccionario también ocupan lugar... cuando incorporás unos, te olvidás de otros
lo que pasa es que, como te los olvidaste, no sos consciente de que los perdiste
sólo te das cuenta cuando notás el "agujero" porque ese conocimiento perdido venía al caso, y decís "pucha, yo esto lo sabía"
Bueno la verdad es qeu los pensadores mas listos ya se daban cuenta de que no por saber mas se veian satisfechos... y envidiaban la ignorancia de sus vecinos... Asi qeu supongo que personalmente aspiro a no ser demasiado lista... Lo justo, porque me gusta pensar que aspiro a ser feliz... Y si hay algo qeu no sé y me hace falta pues ya pregunto o miro en wikipedia! que la vida es muy corta para pasarla amargado por darse cuenta de como estan las cosas! Un saludo...
Me gusta la reflexión que haces. El ser consciente pesa, sí, y es curioso cómo va adquiriendo peso a medida que nos vamos dando cuenta de que no sabemos nada...
un abrazo...!
arcangelita, tus reflexiones son mías, me uno a ellas desde lo vital.
Este año yo soy Quasimodo, y duele.
bss
musa
No sabría ahora mismo elegir la frase que más me ha impactado. No sé si "Un tuerto es mucho más incompleto que un ciego, porque sabe lo que le falta" o "En Quasimodo hay heridas, porque en Quasimodo hay algo".
Creo que hoy no voy a salir en todo el día de casa... tengo mucha necesidad de leer y de escribir, de contar, de recibir cuentos. Quiero enviarte un correo ya, para explicarte cosas, para preguntarte... y para decirte lo mucho que me ha emocionado tu comentario.
Yo también te quiero. Es verdad, te quiero mucho. Y la distancia es mentira, es verdad también.
Peor es cuando no hay nada, tenés razon.
Muy buen texto, siempre me haces pensar.
besos
...Victor...
A Quasimodo le tiene bien jorobado un tipo, el que es hermano del abad, que es más malo que el dolor. Por lo menos asi era en una peli que yo ví.
Ser consciente de tus carencias no es tan malo, es el primer paso para querer crecer, no? Seguro que podemos encontrar soluciones y hacer de Quasimodo un ser feliz y lleno de alegría. :)
He ido a leer tu cuento publicado en Narrativas, pero ya no está. Y lo quiero, amiga.
que placer leerte, te felicito, beso grande
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
"No hay heridas, porque no hay nada."
En este texto en cambio hay tanto!!!
A la fuerza hay roces... pero es una maravilla tenerlos y que duelan, porque significa que estamos vivos y abiertos al mundo... no corriendo frenéticamente de una gárgola a otra creyendo que por ello se vive intensamente.
Un beso!!!
muchos días ternemos oportunidad de practicar el aprendizaje del dolor... hay quien vive tan superficial que impide el paso de los sentimeintos...la felicidad, el dolor, la luz de las sonrisas
Nena, conseguí descargar Fluorescente.
Voy al post
No conocía la cita de Víctor Hugo, pero la utilicé en un cuento que escribí.
Así nos vamos retroalimentando...
Gracias.
BeS.O.S.
bueno, me alegra volver a mi conexion, entre otras cosas para volver a leer estas cosas que escribis, tan sabiamente..me encanto!!!, yo prefiero saberme, aunque duele..un beso enorme
Siempre conocerse íntimamente, "joroba" pero en definitiva es una cualidad heorica.
Prefiero la valentia que adquirió despues, a quedar encerrado en el campanario o donde sea viendo pasar la vida.
Muy buen post. Es un personaje que me ha emocionado siempre.
Saludos
Vaya, Arcángel: ayer te dejé un comentario sobre la parte Quasimoda que todos tenemos en el fondo, pero no aparece. En cualquier caso, venía a decir que esa parte es la que nos salva.
Te abrazo, siempre, querida Gilda.
Un tipo peculiar Quasimodo, hubiese estado bien conocerle
Ser consciente de las propias limitaciones es un arma de doble filo. Hundirnos o elevarnos, actuar o permanecer quietos ¿qué hacemos cada día con lo que nos falta? Muchas gracias por tus textos y un saludo
:-)
todos somos algo Quasimodos, pero casi todos tenemos mejor suerte que el pobre jorobado.
´
Víctor Hugo, como buen romántico, gozaba con la fatalidad. Lo malo es que su gozo condenó a Quasimodo.
Espero que mi destino lo escriba alguien más optimista ...
Seee, el dolor más grande es que te miren con lastima.
Los defectos del alma son los que más me han dolifo..
Quiasimoda....
besos (ya recuerdo el por qué de este lugar, me alegra regresar...:D)
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