El caso de las carteras y las botas de goma
Llamé a la policía: alguien había dejado, sobre el tilo de mi vereda, algo que parecía ser una valija o un bolso grande, acompañado de, según se veía, una bota de goma. Habían ubicado el paquete entre las ramas, como oculto. Podría haberlo bajado yo, claro, pero uno nunca sabe. Tal vez la presunta valija contenía algo que me convenía revelar en presencia de terceros: una billetera, miles de dólares, la cabeza de una persona, muchas bolsitas con droga.
Como en las películas, los policías eran dos: uno alto, delgado y morocho, el otro más bajo, rubio y rechonchón.
-Capaz lo dejó un vago –sentenció, indiferente, el morocho. Estaba parado bajo mi árbol, con las manos en la cintura y mirando para arriba.
-¿Le parece, oficial? –pregunté, sin poder evitar un dejo de incredulidad. El policía bajó del árbol la extraña prueba del delito, si es que había existido delito: eran dos carteras de vieja, una adentro de la otra; lo que me llamó la atención fue que eran carteras que usaban las viejas de hace veinte años, no las de ahora. Eran antiguas, pasadísimas de tiempo. Adentro de las carteras, apretujado, un par de botas. Es decir, una bota adentro de otra, que estaba adentro de una cartera que a su vez habían puesto adentro de otra. Y nada más: ni billetera, ni dólares, ni muertos, ni droga.
-Sí, esto lo dejó algún vago. Le robó la cartera a una vieja y la dejó acá –insistió el policía alto. El otro miraba en silencio. Yo quería decir que me parecía improbable que un vago le robe dos carteras a una vieja, y que si eso era lo que en efecto había pasado, el hecho tuvo que haber sucedido hace veinte años, porque hoy en día nadie sale a la calle con esas carteras. Y quería decir, también, que si se trataba de evidencia que un ladrón quería sacarse de encima, por qué diablos había dejado dicha evidencia arriba de mi árbol y no, por ejemplo, en el espléndido terreno baldío que hay al lado de mi casa, donde nunca nadie la encontraría. En vez de eso, pregunté
-¿Y las botas de goma?
El oficial tardó en responder. Se ve que no había pensado en ese punto.
-Las botas se las podemos dar a algún vago –contestó, y guardó todo en el patrullero. Luego se fueron y yo quedé sola, con mi cara de exasperación.
El caso de las carteras y las botas de goma sigue siendo un misterio.
Lectores, se aceptan teorías.
Como en las películas, los policías eran dos: uno alto, delgado y morocho, el otro más bajo, rubio y rechonchón.
-Capaz lo dejó un vago –sentenció, indiferente, el morocho. Estaba parado bajo mi árbol, con las manos en la cintura y mirando para arriba.
-¿Le parece, oficial? –pregunté, sin poder evitar un dejo de incredulidad. El policía bajó del árbol la extraña prueba del delito, si es que había existido delito: eran dos carteras de vieja, una adentro de la otra; lo que me llamó la atención fue que eran carteras que usaban las viejas de hace veinte años, no las de ahora. Eran antiguas, pasadísimas de tiempo. Adentro de las carteras, apretujado, un par de botas. Es decir, una bota adentro de otra, que estaba adentro de una cartera que a su vez habían puesto adentro de otra. Y nada más: ni billetera, ni dólares, ni muertos, ni droga.
-Sí, esto lo dejó algún vago. Le robó la cartera a una vieja y la dejó acá –insistió el policía alto. El otro miraba en silencio. Yo quería decir que me parecía improbable que un vago le robe dos carteras a una vieja, y que si eso era lo que en efecto había pasado, el hecho tuvo que haber sucedido hace veinte años, porque hoy en día nadie sale a la calle con esas carteras. Y quería decir, también, que si se trataba de evidencia que un ladrón quería sacarse de encima, por qué diablos había dejado dicha evidencia arriba de mi árbol y no, por ejemplo, en el espléndido terreno baldío que hay al lado de mi casa, donde nunca nadie la encontraría. En vez de eso, pregunté
-¿Y las botas de goma?
El oficial tardó en responder. Se ve que no había pensado en ese punto.
-Las botas se las podemos dar a algún vago –contestó, y guardó todo en el patrullero. Luego se fueron y yo quedé sola, con mi cara de exasperación.
El caso de las carteras y las botas de goma sigue siendo un misterio.
Lectores, se aceptan teorías.
73 Comments:
en medio oriente, en la cartera habría una bomba. y el tipo se habría sacado las botas para correr más rápido.
Puede ser que estuvieran en una rama superior hace muchos años y nunca las vieras y ahora con el temporal hayan caido un poco más abajo, depende del árbol, necesitaría más pistas y fotos del lugar
Ah, bueno que no es un árbol, es una vereda, pues puede ser de alguien que no las quería y las soltó en el primer sitio que vio, de una mudanza o algo.
jejej. primero el señor policia estaba obsecionado con un vago(o varios vagos..)
yo que se la policia es algo raro...
al final se llevaron todo?¿
lastima la carencia de dolares, los disfraces que ubiesemos hecho..!!!
jajaj!!!
un beso.
Gilda estás escribiendo cada vez mejor, se siente en los primeros renglones la sensación de "enganche" en el texto, y creo yo que ahí se basa la magia del escritor o narrador.
¿Teoría sobre las carteras y las botas?... mmmmmmmm
A ver...
"
- ¿Viste Angela?, ¿no pudiste espantar a los gatos con otra cosa mas que con nuestras carteras?. Además no has tenido en cuenta que dentro de ellas estaban las botas de Martincito. ¡Ay, hermana!, después de tantos años de solteronas cometemos un error detrás de otro y hacemos un lío más grande que otro.
- Perdona Lidia, no me dí cuenta, estaba oscuro y salí como loca hacia la calle y tomé lo primero que encontré, la cartera y el bastón en la otra mano. El gato estaba sobre el árbol de la chica de la esquina y cuando lo ví le tiré con la cartera, pero al quedar encajada me llené de pavura y miedo y volví a la casa lo más rápido que pude. Ojalá puedas perdonarme hermana. Ya sé, eran nuestras carteras de los viejos tiempos, la de las vueltitas del perro alrededor de la plaza. ¡Ay, Lidia!, ¡Me siento terrible!, ¡Perdóname!.
- Ya, ya... tranquila... ahora debemos ir a la comisaria e inventar alguna historia, pues he visto a la chica de la casa de la esquina hablando con dos policias, que de por cierto no me gustaron nada. Bueno, veremos como solucionamos esto, vos, tranquila.
- Gracias Lidia. Gracias."
jajaja
Beso
Tal vez algún despistado las dejó allí, en lugar de deshacerse de ellas. Lo mismo le pasó con las botas, porque el hombre había hecho limpieza y tenía muchos enseres de los que desembarazarse.
Sólo hay polvo y dos facturas antiguas dentro de ellas. Por cierto ¿las botas están en buen estado?, tal vez necesite un par.
Besosd
El muchacho, mirando desde el ventanal inmenso de la casa, aburrido, miraba la calle y a las vecinas que marchaban por la vereda. Algunas llevaban las vituallas y otras iban simplemente apuradas hacia donde él no sabía.
De pronto, te ve. Queda prendado a tu bella imagen. Se enamora perdidamente. Te ve y se obsesiona. Temporalmente. Ve que entras a tu casa, atrás del tilo. Te pierde de vista.
El muchacho se queda pensando la forma de verte de nuevo, de hacerte salir, de poseerte con su cámara de fotos aprovechando su inmenso ventanal desde su inmenso ventanal.
Sale del living, raudamente se dirige hasta la pieza de su abuela. Ella esta en la cocina, haciendo las croquetas de arroz para la noche. Se pone a revisar buscando la cámara, los binoculares, todo lo necesario para verte. Encuentra las carteras de su abuela. Viejas carteras, pesadisimas de tiempo e historias.
Agarra dos, y las aprecia en su belleza pasada de moda, en sus colores ocres. Una lamparita se prende detrás de su cabeza, era el abuelo que había entrado a la habitación oscura y sin darle importancia a su nieto, al muchacho, y pasa al baño raudamente refunfuñando palabrotas y con un crucigrama debajo de su brazo derecho.
El muchacho sale corriendo con una cartera en cada mano. Corriendo sin fin, corriendo sin esfuerzo. Abre la puerta torpemente, sale de la casa de sus abuelos. Se acerca a la tuya, siente tu presencia mientras cruza la calle. Huele el amor, ve los colores.
Una vez en tu vereda mete una cartera dentro de otra. Decide que vos tenes que ver, sentir, tocar algo suyo, no sabe qué ponerte. Quiere que toques algo que tocó su cuerpo joven. Decide sin lógica ni guía, sacarse las botas de lluvia que tiene puestas y la pone dentro de las carteras.
Elije el lugar, estrategicamente, para que lo veas ni bien mires la calle, ese lugar donde te llame la atención y te haga salir.
Vuelve sobre sus pasos, corriendo de nuevo. Casi un 278 rojo lo atropella, pero a él no le importan esos menesteres.
Vuelve al primer lugar, a su inicio. Al lugar donde se enamoró de vos. Y espera. Y espera. Y espera más. Espera Con su cámara y binoculares a ambos costados.
Antes de quedarse dormido, ve un patrullero. Dos policías, uno alto, delgado y morocho, el otro más bajo, rubio y rechonchón baja del auto. Pero de tu casa, salís vos, y para él el día esta hecho.
Al muchacho no le importa todo el resto de la historia. Te saca fotos, y se enoja que no hayas tocado sus botas de plástico.
Y decide sus próximos pasos a seguir, en la cena, comiendo las croquetas de arroz de su abuela, sin hablar ni escuchar.
(Me tome el atrevimiento, perdón... Me da cosa esto, no creo que estos párrafos tengan ni la belleza ni nada de tu cuento, es hasta tosca y sin nada bello... Pero eso de las teorías me incitó... ¿La U es gris? Hoy aprendí eso).
Un gusto, como siempre. Bella historia.
seguro que un ladrón había robado las carteras a una mujer muy mayor, que aún llevaba bolsos de hace 20 años, y las botas a un pocero, y lo dejó alli, porque los bolsos los vació y ls botas no eran de su número.
Un beso Gilda
Yo apoyo tu teoría de que el ladrón robó las carteras hace 20 años.
Quizás el ladrón era un jardinero (por aquello de las botas de goma), y escondió las carteras en el árbol junto con las botas. Por alguna razón, el jardinero nunca volvió por el botín (pudo haberlo atropellado un autobús, por ejemplo) y las carteras se quedaron ahí durante 20 años hasta que tú las descubriste. Lo único que no sé es por qué escondió también las botas. Así que seguimos en un dilema...
;)
Yo creo que es un sueño y que todavía no te has despertado.
Besos.
Moraleja: Aunque estés pasado de moda, y hasta desechado...muere con las botas puestas!!!
KdK ;)
Me enganchó la historia. Eres muy buena narradora. Pero no soy capaz de continuarla. Pero me has dado una idea con esto de pedir ayuda para terminarla, porque tengo yo dos personajes..., metidos en un autobús hace más de dos años y no sé dónde llevarlos.
Un placer leerte.
Bueno, mi querida Watson, para comenzar es interesante aunque… elemental.
La propietaria de las dos carteras, era una vieja y sentimental señora, probablemente de origen inmigrante, que jamás se desprendía de objeto alguno y nunca entendió la palabra “descartable”. Su hija, molesta por la falta de espacio en la casa y atacada de malhumor por la reciente separación, juntó las carteras y las botas de goma de su ex marido en la valija, encerró el pasado y lo dejó listo para la próxima recolección de residuos domiciliarios.
Y como la valija era voluminosa y sobresalía del resto de basura doméstica, un vago atento, se llevó el “tesoro” para descubrir rápidamente que no le interesaba el contenido, y lo revoleó indignado...arriba del tilo.
:)
La culpa la tiene Antonini Wilson, dijo la otra.
Che Gilda, yo también tengo un tilo en la puerta de casa. Y nunca usé botas, pero soy vago.
Pues yo creo que lo que pasó es que un peregrino se perdió y estuvo descansando en el rellano de tu escalera, se quitó las botas y supo que no sabía seguir su camino así que decidió volver... al levantarse perdió la cartera...
No es un vago, es un despistado :=
Besicos
Bueno, esto se va poniendo lindo. ¡Vamos juntando teorías!
:)
Apapachos a todos!
Los 2 policias son unos bobos sacados de una película cómica, americana por supuestísimo.
Por aquí está de moda un arte urbano que se llama "shoefiti" y consiste en colgar zapatos en los cables de la luz o la telefonía, colgarlo de los tilos de las veredas, no se nada..de momento.
Quizás era un "moderno" que no disponía de zapatillas de deporte con cordones y decidió hacer "shoefiti" con unas botas de agua, como estas no pueden prenderse de las ramas con facilidad,-la goma resbala- puso los bolsos con olor a naftalina de su abuela, simplemente porque ya son desechables y tiene peso y asas, y así se aseguraba que quedaban sujetas al arbol.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado ^_^
Besitos, escritora
¡No busque más ARCÁNGEL!, le traigo la solución al misterio. En la central pensábamos que el truhán de las Matrioshkas había muerto, pero por el modus operandi parece ser el mismo. Claro que otra posibilidad es que tras la muerte de la abuela, Juancito "el boleadoras" haya estado intentando cazar torcazas. Todaas las hipótesis están abiertas.
Es la primera vez que veo escrita la palabra Truhán.
Gracias Lúzbel!
¡PLÍÑ! un 20
De nada JUAN PABLO, ¡a mandar, que pa' eso estamos!
Tenés terraza? No habrán tirado a dos viejas de tu techo, una atrás de la otra, y quedaron enganchadas las carteras?
PD: sabés que letritas me aparecen como verificacion para completar en el mensaje? "maten"
te lo juro
Marcelo: sí, tengo terraza!! Y da justito al tilo!! Tu teoría cierra.
En cuanto a la verificación de la palabra... cuenta la leyenda que si alguien pronuncia tres veces seguidas "arcángel mirón" frente al espejo, yo me aparezco ahí donde se me llama. Lo que hago cuando me aparezco no sé, no me lo contaron.
:)
Apapachos a todos.
...me debés un espejo Gilda, hice lo que dijiste y se partió en veinticuatro pedazos!
Yo creo que las valijas y las botas eran tuyas. Las pusiste allí como un posible plan para escaparte y comenzar una nueva vida algún día. Sabías que cuando tuvieses que huir sólo necesitarías dos valijas vacías y unas botas de goma. Pero eso lo recordaste cuando los policías se fueron.
José Roberto Coppola
Uy, ya dije "Arcángel mirón" "Arcángel mirón"...me falta una vez...Encima anduve por el candomblé bahiano en mi última entrada..qué hago? me dio chuchi...
(ahora me apareció "punti"; será por lo del chuchi?)
A mí me toco la palabra "SAUDACOL", y lo primero que se me ocurrió es que, seguramente, en mi inconsciente, siento saudade por el MANTECOL
Hice lo del conjuro ante el espejo: ¡Wow Gilda!; si me asegura que no hay público infantil, le contaré las cosas que hace
En esta ocasión, mi imaginación está algo atrofiada en este fin de semana, que está siendo bastante duro y difícil para mí. Así que no se me ocurre nada ingenioso para el caso. Lo siento.
Me alegro de que te gustara mi historia. Un beso fuerte y cuídate.
¡Cuanta ignorancia! El carterol es un arbol que en la primavera austral produce carteras. Eso si, vacias. En épocas antiguas las daba llenas. Las botas de goma las reparte la policía entre aquellos que esperan bajo el arbol que una cartera llena se desprenda por el peso. Carece de floración y solo se desarrolla en zonas urbanas.
Te saludo Gilda y transmite mis respetos a los oficiales de la vecindad, que no difieren de los la mía.
Yo creo que dos viejas hiperactivas le robaron las botas a un vago. Un vago joven, hermoso y miserable. Cada vieja tenía una cartera y las dos ansiaban los besos del vago. Soñaban ambas con sus abrazos perezosos y con sus caricias descuidadas de amante vago.
"En la guerra como en el amor todo vale, le dijo la vieja a su amiga vieja. Sólo una de nosotras ganará. Pondremos sus botas dentro una de otra, dentro de nuestras carteras y lo subiremos todo a un árbol. El tendrá que subir al árbol, tendrá que abrir no una sino dos carteras y sacar una bota de adentro de la otra, tan gran esfuerzo para tan grandísimo vago le dejará agotado, entonces le asaltaremos y le obligaremos a elegir a una de las dos, la más bella o la más simpática. La otra se irá para siempre y nunca intentará conquistar al vago".
Vale vale, le dijo su amiga vieja.
Subieron las carteras ilusionadas, pero cuando esperaban al vago, obsevándolo todo desde su ventana, aparecieron dos polís y se llevaron sus carteras, las botas y sus sueños.
Todo por tu culpa, vieja, le dijo una a la otra.
Bah, tu plan era una mierda, vieja.
Nos hacemos viejas, ya no somos lo que fuimos. Treinta años menos y esos dos polis hubieran perecido bajo una lluvía de metralla.
¿Ahora quieres ser francotiradora, vieja?
Tal vez asi el vago se fijaría en mí. Contesto la vieja con ojos soñadores.
Entonces sonó la puerta, era él, hermoso y vago como nunca lo habían visto, sus ojos reflejaban el tedio que la vida le producía, y sus orejas, temblorosas y suaves, se agitaban bajo su cabello cristalino.
Vengo a elegir a una de vosotras, anunció
¿La más bella o la más simpática?, preguntaron
No me importa la belleza, no me atrae la simpatía, yo lo que quiero es a la más vieja.
No puede ser que alguno de los vecinos hiciera limpieza en casa de su viejiiisima madre y acabara tirando por la ventana lo que encontraste? No sé, creo que mi imaginación se fue al traste después de la juerga de ayer.
Buen finde, o lo que queda de él
Hola Gilda.
Las botas discutieron entre sí.
Eran muchos años de llevarse bien: siempre una al lado de la otra. Pero con la edad, ya se sabe...
Decidieron un suicidio colectivo parejo a dúo.
Hablaron con sus amigos los bolsos, también ancianitos, también pareja.
Entre los cuatro montaron el numerito. se lanzaron por el balcón para acabar con todas las miserias de esta vida: juntos hasta la muerte inanimada...
Pero tu tilo acabó con esa ilusión.
Tú los rescataste, con ayuda de esos dos payasos disfrazados de polis.
Ahora están delante de un espejo, intentando articular tu bendito nombre, a ver qué pasa...
defrolde (jajaj)
Abrazo defroldado.
Son todos geniales, me hicieron reir mucho.
Juan Pablo: no, te confundís. Acá la que atraviesa el espejo es Nootka (también conocida como Alicia).
Sr. Luzbel: por las dudas, calle. Uno nunca sabe quién lo está mirando.
:)
Apapachos a todos!
Yo creo que alguien eligió un árbol como baúl de recuerdos. Y sabía que tú te darías cuenta, pero además de eso, esa persona con sus antiguedades, lo hizo a propósito para que tú indagaras, escribieras la historia y todavía peor tantito, nos pusieras a pensar, jajaja...Pero chica, confiesa que Pepo fue quien miró antes que tù.
Me encantas Gilda.
Abrazitos.
Yo creo que a tu tilo le creció el famoso yuyo-enredadera que da carteras viejas y botas de goma. Dicen que florece una vez cada cien años, así que no te quedes esperando que se repita el milagro. Cariños.
Yo diría que esto es el argumento de un mal sueño, raro, surrealista o tal vez un asunto raro en el que hay dos policías implicados...
Besos
Gilda querida!!!!
Me desaparezco un tiempo y se te da por estas historias al mejor estilo Sherlok.
Despertás tanta intriga que la imginación vuela demasiado alto. Tan alto, que se me estrelló contra la copa de tu tilo y terminé con la cartera al hombro y las botas puestas!!
Te dejo un abrazo más que fuerte nena!!!
Sil.*
haga su comentario leo aquí arriba... y antes, tú has dicho que se aceptan teorías... pero no tengo ninguna. para mí es un misterio muy misterioso, si se me permite la expresión... ¿un par de botas una dentro de la otra y a su vez, ambas dentro de una cartera dentro de otra cartera de las que se llevaban años ha...? ¿quién querría dejar eso en el tilo de tu vereda? ¿por qué? no sé... no sé... y eso que llevo un rato dándole vueltas a la cabeza... me da vueltas la cabeza... y no consigo encontrar la solución... ¿no nos lo resuelves?
:) un besito.
Huy... no sé qué decir. Me he quedado tan apampada pensando en su "arc-angelical" productividad literaria (y de calidad literaria) que la verdad es que no soy capaz de pensar teoría alguna; y menos pensar en superar este escrito. Qué envidia sana esa cabecita suya, repleta de historias casi cada día. Un abrazo admirador. Guapa!
Solo me quedé pensando en el fuego avivado a partir de unas gotas de goma.
Besos ♥
M.
Seguro que es una historia erótico-sexual.
Seguro.
Yo mismo: es que no tengo la solución! :)
Caricias de fuego: saludos a Només, que hace mucho que no tengo noticias suyas.
Apapachos a todos!
Y ya está, las culpas para el vago...
Pues yo pienso que realmente fuiste tú, para poner a prueba a la policía y de paso, quitarte de encima los dos bolsos y las botas que lo único que hacían era ocupar sitio en la casa... ;)
Besicos
Secuestraron a la hija de un militar y hacía unas dos hora la mamá de la cautiva, había dejado, por indicación de los secuestradores aquellas carteras con el dinero. Los captores le dijeron al militar que tenía que meter el dinero en dos bolsas de plástico negras, cada una dentro de una cartera.Los secuestradores recogieron las bolsas y tiraron las carteras hacia el árbol. Las botas de goma, por supuesto, son las cárceles de que albergaban los pobres pies del secuestrador( un número menos que sus talones) , que ya con el dinero, se dispondría a comprarse unos zapatos de gregorio de la prada en la 5ta avenida de nueva york ¿Para qué quería ya las botas de goma?
uf, me doy la verdad es que me dejo desconcertada.
Un besote
Pues yo creo que una bola dentro de otra bola es una bola china... la bota quedó perdida cuando les pillaron y salieron corriendo... ¿cómo iba a encontrar su madre los juguetes escondidos en aquella vieja cartera? Besitos varios.
Jo, pues yo me quedo con el tilo y con su sombra y con la palabra morocho.
Apapacho enooooorme que me dejas mudo con tus historias
Hay que seguir investigando ¿habrá más piezas sueltas de semejante rompecabezas por más árboles de la zona?
Un abrazo, guapa
Hola!! Venia a devolverte la visita... ME ha gustado mucho el escrito y mi cerebro esta ahora trabajando en busca de una teoria o un algo "ingenioso" para compartir... pero seran por las horas que son o por el dia tan largo que ha sido hoy... En cualquier caso ¡¡un saludo!! y madre mia que bien escribes!!
Bueno...creo que alguien gastó una broma pesada y la cosa se complicó y al final se lleva la culpa quien menos la tiene, que es lo que suele pasar cuando los enigmas no se resuelven, a por poca ropa...
Besos
Las botas de Estragón! y si no lo son, ya muy bien ha dicho el oficial: "Las botas se las podemos dar a algún vago"
Las carteras, bueno... en Lanús hay viejas que todavía las llevan desde hace 20 años... yo las he visto.
Beso!
Existen muchas posibilidades absurdas. Quizá un loco pensó que con la combinación cartera dentro de cartera y bota dentro de bota podría salvar al mundo de una invasión extraterrestre. Supongo que para él tendrá su lógica pero a mi se me escapa :)
Es una pareja. Pobre, se entiende, pero deben de quererse. Al menos eso parece.
Se han ido, pero como son pobres, ni nadie lo sabe, ni nadie lo va a saber. Así que antes de irse dejan lo poco que tienen, en el lugar más visible que les pilla de paso, a saber una cartera vacía, que es una gran paradoja, porque las carteras están para llenarse y cuando no se llenan son de lo más triste. Y son dos botas porque cada uno de ellos perdió una, con tal mala pata, nunca mejor dicho, que perdieron la bota del mismo pie. Hartos ya de estar cojos prefieren estar descalzos.
Y no se pongan a buscarlos.
Dichosos quienes ya no está por voluntad propia
Uf Gilda, qué misterio, de los auténticos eh? No he leído todos los comentarios (perdón a todos, pero es que son muchísimos) y me da la sensación de no tener la suficiente imaginación como para no repetirme, pero aún así me arriesgo a contarte mi teoría:
Yo creo que en realidad es un juego que consiste en meter las cosas más inverosímiles (y valiosas por su aperente falta de valor) unas en otras, repitiendo siempre una. Lo más complicado, repetir. Tú probablemente eres la siguiente jugadora elegida, y tienes que decidir dónde meter la cartera con otra cartera con una bota que contiene otra bota, el siguiente tendrá que repetir tu hazaña con el objeto elegido... ¿cuál se te ocurre? o mejor aún, ¿a quién elegirías como siguiente jugador?...
Un abrazo Gilda. Eres increíblemente original.
ajjaajaj una ves me paso en un aeropuerto que encontre un par de botas dentro de un tacho de basura lo que era en ese lugar un poco mas peligroso y para pensar mil teorias terroristas pero tus botas de goma y las carteras viejas me mataron ...
me imagino una pareja de abuelos discutiendo bravo en un edificio en frente del arbol
el: me tenes harto con esas carteras del año del pomo aca ocupando espacio en el placard, nunca las usaste y ya estan pasadisimas de moda , ni las vas a usar no se para que las tenes (acto seguido las tira por la ventana)
Ella : ahhh noooo las carteras nooo, y tus botas de goma decime para que queres las botas de goma , no tenemos jardin y cuando llueve no salis ni loco ,... encima te quedan chicas si se van mis carteras las botas tambien (acto seguido chau botas de goma se van por la ventana al mismo destino que las carteras... )
ajajajjaj
jajaaj tambien me imagino a un vago vestido con botas de goma y carteras viejas caminando por ahi jajaajaj
Creo que esos policías ya sabían algo y por eso quitaron importancia al asunto :)
Estupenda intriga que queda abierta a cualquier posibilidad que se le ocurra a esa cabeza tuya que piensa tan bien.
Abrazos fuertes, escritora.
Sólo era para que escribieras la historia. Esa fue la razón: el "qué".
Luego, el quién o el cómo, no importa, eso se lo dejas al misterio.
Carmen.
Sin embargo no termino de creer la historia. No la de carteras viejas de viejas, sino la de los 2 policías de película :-S
Carmen
Pues no tengo ninguna teoria pero yo si fuera tú no le quitaria ojo a ese arbol.....
Un beso
Evidentemente tus dos policías no eran ni Sherlock ni Watson. Para mí era todo del policía que no hablaba.
Gracias a todos por sus comentarios, me hacen reir mucho!
:)
Apapachos!
Hola pasaba a saludar
Que loco sueño/con aroma tilo.
Te dejo mi abrazo.
Dani..
Acaso mi moraleja fué causal de risa...!!!???
...que decepción...
:(
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fueron las viejas las que le robaron al vagabundo. Eran dos, y para correr más rápido, una se quitó las botas. El vagabundo, desolado, se trepó al árbol con el susto en la sangre, con los rastros del delito a cuesta, y pensó despacito, como queriendo no retar al destino, "sólo voy a echar de menos ese cinturón azul y mi camisa de la suerte"
Esta historia es muy buena, Gilda. Tenés un gran talento, el mismo consite en una escritura impecable, conciente y mágica.
beso festejador
musa
Creo que simple y sencillamente alguien fue muy vago para ir al basurero y aventó las bolsas en tu terreno sin pensar que se quedarían colgadas del árbol. ¿Pero una vieja haria eso? ¿Tienes alguna vecina viejecita?....
no serian de esa seria que hicieron en Telefe malisima, Mosca y Smith, jaja, muy bueno Gilda, beso grande
Jajajaja ¿Teorias dices? Creo que la del policía es mucho más válida que todas las que podrían ocurrirseme a mí...
Interesante anécdota.
Un abrazo.
yo lo que no entiendo es por qué te exasperaste
y te doy un consejo: jamás, jamás pero jamás, por nada del mundo, llames a la policía
bah, salvo que estés segura que adentro hay una bomba y que nos podemos deshacer de un uniformado de esa manera :)
Querida Gilda, en esta vida hay mucha gente que se va metiendo en charco tras charco.
Quizas para prevenirte y protegerte de ellos, alquien puso alli esas botas de goma para protegerte y que no te salpicase el barro y el agua de los caminos por donde habitualmente te mueves.
¿A que te intrigó el absurdo regalo que te dejé?
Teoría no tengo, pero tenés acá un haaarrrrmoso argumento para una peli al mejor estilo de las de los hnos cohen, oh yeah!
Jo creo que habia sim algo ai,
talez drogas.mas alguem ja havia sacado e so deixou na arvore para confundir os policiais.
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