27 octubre, 2007

La seguridad de los objetos

El otro día me puse a ordenar mi placard. Separé las remeras en dos grupos: el grupo de las remeras lindas y el grupo de las remeras impresentables. Estas últimas son remeras que alguna vez pertenecieron al grupo de las lindas, pero que debido a su uso cotidiano ahora se encuentran desgastadas, descoloridas y estiradas. Guardé amorosamente ambos grupos en mi placard y me puse a pensar en esa costumbre mía de no tirar mi ropa hasta que se rompe de manera irreversible.

Le temo al abandono y a la pérdida. Le temo a esa sensación de terremoto, de devastación, que queda cuando algo amado se va de mi vida. Le temo porque el abandono es un huracán que arrasa con árboles firmes y flores hermosas, y deja en ese espacio un lugar donde, aparentemente, un jardín nunca crecería.
Para que todo abandono sea posible, es necesario el factor humano. Los objetos no pueden abandonar a nadie. Los objetos no se mueren. Los objetos son seguros.

Entonces llego a una retorcida y tal vez confusa conclusión: le temo al abandono, y por eso utilizo una y otra vez mi grupo de remeras impresentables.

32 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pasé a visitarte y me dejaste pensando. ¿Será por eso que también hago lo mismo?
Saludos.

27/10/07, 3:48 p. m.  
Blogger Carmen said...

Antes del comentario una pequeña información para los lectores de por aquí ;-) para que no pregunten:

placard = armario ropero
remera = camiseta

La lectura que haría yo es que si alguna vez ese abandono, se volviera autoabandono traicionándote a ti misma... entonces te desharías de tus remeras impresentables sin ningún temor ni pena. O sea, que si las mantienes es porque (también) mantienes el amor a lo que eres.

Jeje es por darle otro matiz.

Siempre da gusto leerte. Besos.

27/10/07, 4:07 p. m.  
Blogger david santos said...

Arcánjel, por favor!

Envía un Mail para la embajada del Brasil en tu País y habla de la injusticia que los tribunales do Brasil están cometiendo con esta niña.
Gracias. Viva la solidaridad entre los humanos.

27/10/07, 6:01 p. m.  
Blogger Fran Invernoz said...

Dicen los psicólogos argentinos que el que ha sufrido lo demuestra o algo así. No me hagas caso, pero nací en Buenos Aires (ahora vivo en España) y conocí Lanús. Creo que tomaba el colectivo 526 en la estación para ir a la casa de una tía. Vivo en Asturias y conocí a un entrenador de volley,Marcelo, de Lanús, estuvo entrenando un par de años y volvió a Lanús por la nostalgia. Me has traído desde Lanús viejos recuerdos familiares. Bueno, no me quiero poner nostálgico, pero tienes un blog lindo, me gusta tu estética y tu buen gusto para escribir. Saludos.

27/10/07, 8:01 p. m.  
Blogger dany said...

y gil, yo hago lo mismo...no se si le temo al abandono, se que uso mi ropa hasta el cansancio, porque cada parte desgastada de un pantalon es una tarde caminada...un recital, una tarde de mates...cuanto mas viejita y mas feita se pone, mas memorias encierra...

27/10/07, 8:43 p. m.  
Blogger SHEREZADE said...

jiji. cierto.

Los objetos no te abandonan, las personas llegan, hacen nidos, te hacen raices y luego a luego quieren desaparecer como de la noche a la manana.

Amen!

Hay una cancion de Wason Brasoban, canta-autor dominicano, que dice: "Tal parece que yo, me acostumbre a ti en un solo dia, de tanto extranarte ya van como cien anos que te conocia, tal parece que yo, en un solo baile te entregue mi vida.."
Eso es lo que suele pasar, nos acostumbramos rapidos y en el arranco del abandono, hay viene el problema.

Besos

27/10/07, 8:55 p. m.  
Blogger el nombre... said...

Arcángel: vos sabés lo retorcida que soy...y pregunto ¿vos abandonás las remeras, o ellas a vos? No, no es una joda. Lo grave (para mí) es que se me presentó la pregunta "en serio".
Bueno, eso sería un aspecto del tema del abandono.

Es verdad que los "objetos" no abandonan... pero uno les pone "cosas" (vulgarmente llamadas afectos) a los objetos.
No sé, una remera, un pantalón, pueden estar llenos de vivencias también. Buenas o malas vivencias, pero partecitas, instantes de nuestra vida de los que nos cuesta "desprendernos", y creyendo que si "desaparece" ese objeto, también desaparecerá la experiencia que vivimos con él.

Fui, soy, estoy tratando y logrando ser cada vez menos "abandónica". Y por eso, quizá, mi pregunta del comienzo. Al final, revisando, me voy dando cuenta que no eran los otros quienes "me" abandonaban, sino era YO MISMA!!!

No cierro el tema, me quedo pensando...
1)a quién voto mañana
2)quién abandona a quien.


Besos.

28/10/07, 1:02 a. m.  
Blogger TORO SALVAJE said...

No sé Gilda, yo también le temo al abandono, y en cambio no guardo nada o casi nada, lo tiro todo, cualquier día me tiro a mí....

O sea que no existe foto tuya haciendo aeróbic, no sé en que estan pensando los paparazzis...

Estaba ilusionado.

Un beso.

28/10/07, 3:37 a. m.  
Blogger Antígona said...

A mí también me cuesta horrores tirar cosas, la ropa sobre todo, y le tengo un cariño especial precisamente a esas camisetas viejas que se te acoplan ya como un guante y que sin embargo han dejado de tener un aspecto relativamente presentable.

Al leer tu post he pensado algo parecido a lo que apunta "El nombre". Tememos el paso del tiempo que los objetos a nuestro alrededor reflejan, el hecho de que su deterioro espejee el nuestro, nuestro abandonarnos a nosotros mismos sin remedio conforme pasan los años. No queremos desprendernos de quienes fuimos, de ese pedazo de nuestra vida asociado a los objetos que nos acompañaron. Y creo que es cierto que en ellos también resuena la posibilidad del abandono por parte de los demás, pues también personas que querríamos conservar a nuestro lado acaban desapareciendo por mil circunstancias diversas.

Nos enseñan a acumular, a tener, a hacer nuestro, pero no a soltar. Tengo un post pendiente al respecto.

¡Un beso!

28/10/07, 5:37 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

la cantidad de mudanzas que llevo como historia han arrebatado ese amor por las cosas cada vez más rotas y viejas, las cuales me hacían tremendamente feliz.
ahora sólo me queda lo imprescindible, y la felicidad, que puedo dedicar a muchas personas.

beso!

28/10/07, 9:47 a. m.  
Blogger Batsi said...

No suelo aferrarme a cosas materiales. He tenido tantas pérdidas de ese tipo que he aprendido a soltarlas...

¿Quién no teme al abandono? Yo creo que todos vivimos con ese miedo. No hay quién se escape de él.

28/10/07, 9:58 a. m.  
Blogger La Menina de la Reina said...

hoy justamente he estado cambiando los armarios, porque ya con el otoño apetece más manguitas largas y mi armario sólo contenía ropa de verano. La verdad es que me has dejado pensando con tu post. A mi tampoco me gusta tirar nada, aunque no las use. Pero cada objeto con el paso de los años va formando parte de ti, es un pedacito de ti mismo/a y da pena desprenderte de él. Sobre todo de las historias que encierran esos objetos. Por ejemplo, en la limpieza mi madre ha encontrado un recuerdo de mi comunión ocurrida hace unos 20 años. Un objeto inservible y tan imprescindible....

un besico guapa...

28/10/07, 11:59 a. m.  
Blogger Gi said...

Una vez escuché decir a alguna boluda de turno en la televisión, algo que no me pareció del todo boludo y por eso lo repito: cuando no usamos algo por más de un año, ya no es nuestro. Yo aplico (aún antes de escuchar dicha boludez) ese criterio con la ropa, si hay en mi placard alguna prenda que no he usado más de un año (no que tenga un año de comprada, sino de no usada) la regalo, hay gente que la necesita.
De todas formas, así he perdido cosas que después quise recuperar y no pude, y me arrepentí claro...la vida, como en el placard...

28/10/07, 2:20 p. m.  
Blogger Sandra Becerril said...

Vaya... nunca había pensando en los objetos de esa forma, pero ahora entiendo muchas cosas...

besos

28/10/07, 8:30 p. m.  
Blogger Agatha Blue* said...

Ups... creo que a mi me ha sucedido algo parecido un millón de veces... Pero.. Descubrí el Feng Shui... y aprendí a hacer tres cajas: GUARDAR, TIRAR Y TAL VEZ. Perfecto para no andarte con penas a la hora de tirar nada. Normalmente la de TIRAR y TAL VEZ, pasan por las manos de mis amigas antes de ir a manos mas necesitadas.

Ni te imaginas la de culpabilidades que me ha ahorrado este sistema.

Agatha Blue*

28/10/07, 8:58 p. m.  
Blogger Clarice Baricco said...

Después de saber lo que es placard y remeras comprendo mejor.
En cuanto a las pérdidas estamos en las mismas.
y de momento pienso: ¿Será por eso que abrazo tanto a mi amado Movie -cocker-? No es que sea objeto, peor tantito, es un ser que tengo pánico que se vaya.
En fin.

Besos.

28/10/07, 10:08 p. m.  
Blogger reina imposible said...

Le temo al abandono, es dolor agudo y punzante.
Con los años aprendi a no aferrarme a los objetos - útiles, ni inútiles- sólo a utilizarlos por su tiempo de vida - antes que se me rompan o se descompongan-
Con mis carteras y mis botas es otra historia, son mis amigos y con ellos me siento Reina.

un abrazo
reina imposible

29/10/07, 1:03 a. m.  
Blogger JML said...

La memoria: singular síndrome de Diógenes…

Te entiendo, entiendo tu piedad: uno siempre tiene miedo de acabar convirtiéndose en una remera rota

Un abrazo

29/10/07, 5:24 a. m.  
Blogger Gwynette said...

Ay, ay..como te entiendo !.alguna vez me sorprendo diciendo: qué fué de alquel jersey con dibujitos estampados?, en que momento tiré el abrigo con un pliegue detrás?,por qué han desaparecido mis zapatos tan graciosos con un lazo ?..se me rompe el alma al tirar la ropa al contenedor..es que hay trocitos de mi !

Doctor, doctor..qué me pasa?

Apapachos, wapa

29/10/07, 6:09 a. m.  
Blogger malditas musas said...

Abandonar lavado y planchado, dejarlo en una bolsa para que alguien se apiade de nosotros y se lleve nuestra historia.

Besos...
Musa

29/10/07, 7:33 a. m.  
Blogger Madame Vaudeville (Chus Álvarez) said...

Uys, a mí me pasa lo mismo. A veces me descubro con ropa con bolitas o un poco deshilachada y soy consciente de que ya está viejita y debería abandonarla; pero soy incapaz. Tiendo a cogerle cariño a las cosas también. Recuerdan situaciones, personas, olores, la suerte que me dieron en algún momento, quién lloró sobre ellas, quién jugó estirando sus mangas... Sin ellas tal vez nos sintamos desprotegidos porque nos hacen sentir cómodos, como en casa.
Y sí, el síndrome "abandónico" da miedo.
Besitos, ¡y gracias por el tema de Aerosmith!

P.D. Una grata noticia le espera en mi cabaret, linda. ¡Enhorabuena!

29/10/07, 8:36 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Los objetos se impregnan de nuestra alma, y exhalan nuestro último aliento

besitos

29/10/07, 9:41 a. m.  
Blogger elanonimosoy said...

yo, generalmente, cuando pasa el invierno o verano, veo que ropa no use en esos meses y la regalo. Generalmente me resulta muy fácil deshacerme de las cosas materiales.

29/10/07, 10:13 a. m.  
Blogger Isabel Burriel said...

Yo creo que a veces me comporto como un mal amante con esas prendas. A algunas las mando al exilio en cuanto me canso de ellas, da igual el estado en que se encuentran. Otras, en cambio las guardo en el armario hasta el fin de los días aún a sabiendas de que no me las volveré a poner jamás.
(Me diste una idea para escribir en mi blog)
Besos guapa

29/10/07, 12:51 p. m.  
Blogger El Aparcacuentos said...

yo hago lo mismo
pero creo que es mas por el miedo a hacerme mayor
a quemar etapas
a reconocer que ya no soy un niño
que triste¡¡¡¡

besssoss

29/10/07, 1:18 p. m.  
Blogger nomesploraria said...

Ahora me doy cuenta de que los zapatos que llevo puestos son de 1976. Tendré que decidirme a revisar mi placard.
:)

29/10/07, 2:08 p. m.  
Blogger Arcángel Mirón said...

(No creo que seas)perdedor: en dos líneas me resumiste a la perfección.

Només: vos reíte, pero uso remeras que pertenecieron a mi madre, musculosas que tienen treinta años. Están en perfecto estado.

Apapachos a todos.

29/10/07, 3:07 p. m.  
Blogger Bambu said...

Al final acabamos con el armario repleto de ropas que un día fueron nuestras favoritas y después no volvemos a utilizar, al menos les debemos eso, guardarlas :-)

29/10/07, 3:36 p. m.  
Blogger Miss.Burton said...

Hoy tengo que discrepar... Yo lo tiro todo, hija, todo. Me parece una especie de escuela, eso de tirar las cosas, de hacer sitio a otras, o tal vez que ese sitio siempre esté vacío, es cómo una manera de demostrarme a mi misma, que puedo sin tal o cuál cosa, que lo que vivió esa prenda, objeto, o lo que se tercie, queda en mi corazón, y que no tengo porque guardar la presencia física de algo. Y también le temo al abandono, cómo tu. Pero no se, pienso, mira, eso está fatal, tíralo de una puta vez, sé fuerte. Y lo tiro. Y muñeca, me siento mas fuerte. Así que cómo verás... tengo la casa bastante bien apañada, nada de mas, y lo poco que hay, porque no hay mas cojones. Ayyyyyyyyyyyy... cuanta sicología en tu post... y cuantas preguntas para hacerse después... cómo siempre, me dejas reflexionando... en porqué tú que eres una tía cojonuda, te apegas tnto a las cosas, y yo que soy de las tuyas, las tiro sin apenas pensarlo...
Y las dos tememos al abandono...
Te daré la solución en breve...
UN APAPACHO DE ESOS ATÓMICO CON TODOS MIS HUESITOS CHOCANDO CONTRA LOS TUYOS, SOGUAPA¡

29/10/07, 4:47 p. m.  
Blogger nomesploraria said...

Te aseguro que no tiro casi nada. Uso la ropa con la que me encariño hasta que se deshilacha.

Apapachos otoñales

31/10/07, 4:48 a. m.  
Blogger eSadElBlOg said...

yo me guardo la ropa vieja para las citas importantes y la nueva para estar por casa para que se vaya domesticando.

1/11/07, 3:36 p. m.  
Blogger Gloria said...

Mire usted lo que uno descubre de si mismo en un "inofensivo" blog, como me llegaste!! Un abrazo.

6/11/07, 9:18 a. m.  

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