El domador de leones
La responsable del cabaret de mi reino me eligió como cantante, y me aseguró que lo hacía por mis dotes artísticas y no por mi título de Emperatriz.
Yo aproveché mi nuevo puesto para seducir al domador de leones; se trata de un hombre tan acostumbrado a las fieras que camina por las calles de mi comarca con pasos de gigante. Ésta es la historia de mi conquista:
La noche de mi debut, el cabaret se hallaba repleto. El domador asistió secundado por dos leones amigos; tan buena era su fama, que nadie se inquietó al ver a las fieras con sus fauces abiertas de par en par, y babeándose ante la vista de tanta carne humana.
Canté la primera canción y noté que el público se miraba entre sí. Me aplaudieron como se aplaude a toda Emperatriz. Los leones se removieron, inquietos, como si algo estuviera lastimando sus oídos. Canté la segunda canción y la gente siguió aplaudiendo; todos aplaudían, todos menos el domador, que dedicaba su atención a los leones domados y tranquilos pero con los oídos a punto de estallar. No pude seguir fingiendo. Le pasé el micrófono al cantante verdadero y me acerqué al domador.
- ¿Se van a poner bien? - le pregunté. El domador asintió y me preguntó por qué dejé de cantar. Le contesté que me gusta cantar, pero que no estoy dispuesta a sacrificar animales por un capricho. El domador me miró fijo y me dijo que soy una mala cantante pero una buena Emperatriz, y me invitó a tomar un cappuccino sin canela.
Si hubiera una moraleja, sería: esa parte de tu personalidad que te resulta desagradable, a otro puede parecerle curiosamente atractiva.
Pero no me gustan las moralejas, asi que me voy a tomar un cappuccino sin canela.
Yo aproveché mi nuevo puesto para seducir al domador de leones; se trata de un hombre tan acostumbrado a las fieras que camina por las calles de mi comarca con pasos de gigante. Ésta es la historia de mi conquista:
La noche de mi debut, el cabaret se hallaba repleto. El domador asistió secundado por dos leones amigos; tan buena era su fama, que nadie se inquietó al ver a las fieras con sus fauces abiertas de par en par, y babeándose ante la vista de tanta carne humana.
Canté la primera canción y noté que el público se miraba entre sí. Me aplaudieron como se aplaude a toda Emperatriz. Los leones se removieron, inquietos, como si algo estuviera lastimando sus oídos. Canté la segunda canción y la gente siguió aplaudiendo; todos aplaudían, todos menos el domador, que dedicaba su atención a los leones domados y tranquilos pero con los oídos a punto de estallar. No pude seguir fingiendo. Le pasé el micrófono al cantante verdadero y me acerqué al domador.
- ¿Se van a poner bien? - le pregunté. El domador asintió y me preguntó por qué dejé de cantar. Le contesté que me gusta cantar, pero que no estoy dispuesta a sacrificar animales por un capricho. El domador me miró fijo y me dijo que soy una mala cantante pero una buena Emperatriz, y me invitó a tomar un cappuccino sin canela.
Si hubiera una moraleja, sería: esa parte de tu personalidad que te resulta desagradable, a otro puede parecerle curiosamente atractiva.
Pero no me gustan las moralejas, asi que me voy a tomar un cappuccino sin canela.
26 Comments:
tenga cuidado porque cuando el cantante deje de cantar, la musica que amansa las fieras se parara y a lo mejor esos leones son tan fieros como las pintan...
unos besos cabarateros
Pero no olvides que eres la emperatriz, no puede haber nada en tí que resulte desagradable...
El domador es un poquito irreverente, diciéndole a su reina que no canta bien. A ver si va a haber que domarlo.
Como dueña del cabaret, vengo a dar fe de la autenticidad de tal anécdota. Pero he de matizar que el domador dijo que usted era tan buena cantante como Emperatriz. Y doy fe también, ya que canta como los (arc)ángeles; por algo la he elegido en el cabaretillo...
Besos sabor a canela (lo siento, pero a mí me encanta)
Estamos en contacto para preparar su próxima actuación, preciosa.
Enhorabuena compañera :D
Majestad, sois una mala cantante.
Y tengo mis dudas como Emperatriz.
Pero sois una excelente escritora...
Besos de vuestro leal súbdito.
Un domador de leones?
Fieras?
Digame algo.. las maltrata?
Buena moraleja, aunque en este caso, siga necesitando ser domada.
Como dice Calamaro:
"los leones parece que se olvidaron que no son vegetarianos"
un abrazo Emperatriz y buen comienzo de semana. Me encantó la moraleja.
reina imposible
Como sea, así se es una verdadera mujer: siempre se las arregla para seducir y salirse con la suya!!!
ví tu planilla en el blog en que te seleccionaron, espectaculares tus respuestas!
seducción x 2!!!
besos
Pero afortunadamente, al menos en mi caso, esas son las menos veces. Lo que no me gusta demasiado de mi, tampoco le suele gustar a los demás.
Creo que estoy en consonancia con el mundo.
Qué rico el capuccino...
Yo te aplaudí como una loca !!!! =_O
No sé si me pudiste ver, estaba según miras desde el ecenario, a la izquiera, con un vestido rojo :-)
Besitos
Que bueno tu capuccino.
Me ha gustado volar un rato.
Beso.
ay! te aplaudo te aplaudo!
me llega así como un tintineo...
capuccino sin canela, con mucha espumita y si acaso un chocolatito negro para despues :)
(las caracolas que cantan se parecen a las sirenas no?)
abrazo gordo.
cantar que canten las sirenas, y las mujeres bellas
besotes
Con lo que me encanta el capuccino. Que ingeniosa eres, jajaja. Pero debo decir que tienes razón con tu moraleja. He sabido de hombres que se han sentido enamorados de mí por cosas que a mi misma no me gustan de mi...
que te puedo decir...no se porque la imagen que me provoco me resulto coherente hasta que me imagine al domador, como un rockero de esos apapachables...
como siempre me encanto!!!!!
t quier...beso...
Hace tiempo no veo un domador de leones...
Cariños y sueños para ti
(aplausos)
Me ha gustado la moraleja.
Conzco a alguna pareja que donde yo veo una caballera de cuatro pelos y una cara desafortunada, el ve un auténtico bellezón... algo que me llena de sana envidia y sonrisa de lado.
Agatha Blue*
Dicen que el capuccino lo inventaron unos frailes, bueno el capuccino y un momntón de licores y otras delicatessen
Lo que saben los frailes
A cada Emperatriz le corresponde su Domador, y no es moraleja
Esos leones deberían aprender a aplaudir en vez de pasar por un aro de fuego :)
Un beso, Gilda
Pues si que son delicados los leones. Bah! lo que pasa es que quieren todo el protagonismo.
Un arcángel que se resiste a la canela... Mirá que así a los leones no les vas a gustar, eh!
"Y AHORA TAMBIÉN: DIOS SABOR LIMÓN"
Diría Casero.
:))
besos
Musa
Felicito la voz sacrificada, pero le quedan sus notas convertidas en letras.
Bien por los leones.
Abrazos.
A una buena Emperatriz se le ha de perdonar todo, incluso que sea una mala cantante. Aunque en tu caso... a mí me suenas como los ángeles (y arcángeles).
En cuanto a tu moraleja...¿crees que también funciona al revés?
De todos modos, sí... mejor capuccinos que moralejas.
;)
Últimamente no sé qué me pasa...Con varios blogs me ha pasado ya. Si yo juraría haber comentado ya este post...
Me encanta muy ocurrente.
P.D:Gilda, quién habla mal de Pérez-Reverte??
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