23 julio, 2007

Leños ardiendo y café recién hecho

La travesía duró días. Acompañada por mi fiel séquito de duendes y tigres, enfilé hacia el sur siguiendo el olor de leños ardiendo y café recién hecho. Cómo me las arreglé para no perderme en el aroma a menta del bosque de mi comarca es algo que ignoro.
Finalmente, mi olfato me obligó a detenerme frente al ostentoso portón del castillo del reino vecino. Una gárgola me observaba desde la atalaya con ojos no tan siniestros.
- Busco al Rey - le dije. El portón se abrió y me cedieron el paso. El Rey se hallaba sentado en su trono, con cara de aburrido y el pecho acatarrado. Estaba hermoso.
- ¿Sos una bruja? - me recibió.
- No, soy la Emperatriz vecina - intenté un principio de ofensa pero no me salió, así que continué - Vine hasta acá guiada por mi olfato. Te reconocí por tu olor. Olés a leños ardiendo y café recién hecho. Olés a lo mismo que yo.
El Rey me miró de reojo, como si quisiera demostrar indiferencia pero sólo por la mitad.
- Lo lamento - me dijo - padezco un catarro crónico que me invade el pecho. No tengo olfato, Emperatriz.
Me fui con mi séquito a cuestas, con perfil bajo y un as en la manga.
En mi comarca tengo un bosque de menta, ideal para abrirle el pecho a un rey acatarrado.

19 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No hagas caso. Los reyes ignoraron durante demasiados años los cruces de consanguinidad de primer grado y estan todos un poco tarados...dejarte ir, así nomás?

No vale la pena, te lo dice un Anónimo que causa un tigre malísimo que lo persigue y a veces se pasa y entonces él persigue al tigre y a veces están a la par y se olvidan de quién persigue a quién y se sientan a tomar un cafe y fumar un pucho para recuperarse de tanto trote...

F.

23/7/07, 7:35 p. m.  
Blogger JuanMa said...

¿Y desde cuándo una Emperatriz que huele a café recién hecho y tiene un bosque de menta necesita un rey acatarrado?

Es el rey quien debería ir a buscarla a ella...

Besos.

23/7/07, 7:52 p. m.  
Blogger MAYA said...

Emperatriz: No sea mala, envíele un poco de menta con sus mensajeros o con el mejor soldado de su séquito. Pobre Rey acatarrado, debe estar que no puede del resfrio o con el pecho cerrado de ver a una Emperatriz en sus dominios.

Un beso,

Maya

23/7/07, 9:07 p. m.  
Blogger Gwynette said...

Esto está hecho !!! :-)

Besitos vacacionales

24/7/07, 5:43 a. m.  
Blogger TORO SALVAJE said...

En fin que voy a hacer...., mis mejores deseos para esa Emperatriz tan lista.

Besos.

24/7/07, 7:04 a. m.  
Blogger La Menina de la Reina said...

si consigues que el catarro del Rey se difumine con la menta, estoy segura que recordará ese aroma a leña y café...es cuestión de despejar el camino para que vuelva el recuerdo
un besito

24/7/07, 7:46 a. m.  
Blogger gemmacan said...

Así me gusta, haciendo uso de nuestra innata y femenina perspicacia. Ese as en la manga te dará la mitad de un nuevo reino.
¡Pillina, pillina! ;)

24/7/07, 8:16 a. m.  
Blogger Nosotras mismas said...

Pasando del rey acatarrado y buscando a un príncipe con buen olfato.

Saludos.

24/7/07, 8:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡¡ Mira que confundir a una Emperatriz con una bruja¡¡

Este Rey además de acatarrado estaba cegatón…creo que ni la menta del condado podrá solucionar la falta de sentidos de ese monarca.

El olor a leña…a tiempo de charla, a reunión de voces amigas…es demasiado valioso para resbalar sobre la piel de un personaje tan abúlico.

Hasta la gárgola supo olvidar su pétrea textura para mirar con simpatía a la Emperatriz.

¡¡ Estos monarcas¡¡¡

Un abrazo.

24/7/07, 10:05 a. m.  
Blogger Isabel Burriel said...

que bueno, guapa, que inteligente. jaaja ¿Armas de mujer?

24/7/07, 11:35 a. m.  
Blogger TEILLU said...

Quizá por ser una brujita de letras, pero me encantó! :)

Un besín!

24/7/07, 11:54 a. m.  
Blogger Arcángel Mirón said...

Anónimo: me imaginé a un tigre acostado contra un árbol, fumando y mirando las nubes. Y vos al lado, dormido, con un sombrero en la cara, tapándote el sol.

Javier: a la gárgola me la llevé como mascota. Mi perro la mira con recelo.

24/7/07, 5:36 p. m.  
Blogger MALEFICABOVARI said...

Tu ganas, nena, tu tienes el secreto dentro, lo que pasa es que de tarados anda el mundo lleno... Porque bien podías haberle abierto el pecho con la menta, y pasaste de largo, porque son muchos los acatarrados, que ni huelen, ni sienten, ni padecen. No se llama catarro, se llama, estupidez.
Cuídate, muñeca, bssssssssss

24/7/07, 8:50 p. m.  
Blogger kår¥ñå said...

JAJAJAJA QUE CHIDO EHHH

BONITA SEMANA

25/7/07, 12:34 a. m.  
Blogger Mandarina azul said...

Emperatriz Gilda, con todos mis respetos, permíteme decirte que pienso que ese Rey, más que padecer un catarro crónico no tenía nariz. ¡Imposible si no que te dejara marchar!

¡Un beso, niña!

(No sé qué me gusta más: si el olor de la menta o el del café recién hecho...) :)

25/7/07, 6:17 a. m.  
Blogger Aiala Ruiz de Alegría said...

Mi experiencia es que a veces engañados por el viento rastreamos nuestro propio olor en pistas falsas.
Otras veces nos cuesta percibir olores desconocidos.
Y si, otras veces no hay peor sordo que el que no quiere oir...
Te de menta con miel para la vuelta de tu expedición!

25/7/07, 8:26 a. m.  
Blogger Letra said...

No hay falta de olfato que dure cien años, ni rey que se resista a los bosques de menta de una Emperatriz. Solo queda esperar que se parezca ante tu portón. Suerte!

25/7/07, 10:59 a. m.  
Blogger Churra said...

¿Y cuando piensa la emperatriz usar ese as?...¿es una mujer paciente ademas de lista?
Besos

25/7/07, 3:24 p. m.  
Blogger María* said...

En realidad el Rey quedó prendado de la Emperatriz vecina, pero le dio miedo el buen olfato de la Emperatriz. Los reyes nunca han tenido buen olfato. ;) Que la Emperatriz le lleve la menta a través del mejor soldado. :D

Un beso, Gilda

25/7/07, 4:43 p. m.  

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