La alegría en puñados de a diez
El día venía desangelado. Necesitaba alguna chispa, algún motivo.
Entré al negocio en el que venden galeras, a ver si tenían lo que yo buscaba.
- Ah, señorita, tengo la galera ideal para usted - me dijo el vendedor - Mire. Negra, de fino terciopelo y seda oriental en los bordes. Un lujo, a un módico precio.
- ¿No tiene una con palomas? - pregunté.
- ¿Cómo dice?
- Con palomas. Una galera de la que salgan palomas. O conejos. Palomas o conejos.
El vendedor me miró, enojado.
- Señorita, éste es un negocio serio. No es una kermese. ¿Va a llevar una galera, sí o no?
Salí del comercio con las manos vacías y me metí en el de al lado. Vendían vasos.
- Tiene vasos de plástico, de vidrio, de porcelana. También tiene vasos para niños, vienen con una tapa para que el niño no vuelque la bebida.
- Ah. ¿Y no tiene un vaso de ésos que parecen llenos de líquido pero, al darlos vuelta, el líquido no cae? - quise saber.
- No se de qué me está hablando, señorita.
Volví a la calle, cabizbaja. No había chispas ni motivos ni un poco de caos. Todo tenía su lógica.
Mi tristeza estaba empezando a parecerme normal, cuando de repente sentí que me chistaban. Un hombre sentado en un banco frente a una mesa portátil me hacía señas para que me acercara. Llevaba una galera y en la mesa había tres vasos, uno al lado del otro. Colocó una bolita de color rojo bajo el vaso del medio, me sonrió y comenzó a cambiar los vasos de lugar a una velocidad vertiginosa. Se detuvo y me miró.
- El de la derecha - le dije.
Levantó el vaso que le indiqué. No había nada.
- El de la izquierda - supuse.
Nada.
- El del medio, entonces.
Nada. Yo estaba maravillada. El hombre se sacó la galera, y sobre su cabeza estaba la brillante bolita roja. Se acercó a mi oído y me preguntó
- ¿Te imaginás el precio que tendrían los vasos y las galeras si los vendedores supieran la magia que contienen?
Seguí mi camino, sonriente. Ya tenía chispas y motivos.
Compré una galera, de la que ya saqué una paloma, un león y un ramo de rosas.
Compré tres vasos, pero por el momento sólo los usé para un brindis, a la salud del trilero.
Entré al negocio en el que venden galeras, a ver si tenían lo que yo buscaba.
- Ah, señorita, tengo la galera ideal para usted - me dijo el vendedor - Mire. Negra, de fino terciopelo y seda oriental en los bordes. Un lujo, a un módico precio.
- ¿No tiene una con palomas? - pregunté.
- ¿Cómo dice?
- Con palomas. Una galera de la que salgan palomas. O conejos. Palomas o conejos.
El vendedor me miró, enojado.
- Señorita, éste es un negocio serio. No es una kermese. ¿Va a llevar una galera, sí o no?
Salí del comercio con las manos vacías y me metí en el de al lado. Vendían vasos.
- Tiene vasos de plástico, de vidrio, de porcelana. También tiene vasos para niños, vienen con una tapa para que el niño no vuelque la bebida.
- Ah. ¿Y no tiene un vaso de ésos que parecen llenos de líquido pero, al darlos vuelta, el líquido no cae? - quise saber.
- No se de qué me está hablando, señorita.
Volví a la calle, cabizbaja. No había chispas ni motivos ni un poco de caos. Todo tenía su lógica.
Mi tristeza estaba empezando a parecerme normal, cuando de repente sentí que me chistaban. Un hombre sentado en un banco frente a una mesa portátil me hacía señas para que me acercara. Llevaba una galera y en la mesa había tres vasos, uno al lado del otro. Colocó una bolita de color rojo bajo el vaso del medio, me sonrió y comenzó a cambiar los vasos de lugar a una velocidad vertiginosa. Se detuvo y me miró.
- El de la derecha - le dije.
Levantó el vaso que le indiqué. No había nada.
- El de la izquierda - supuse.
Nada.
- El del medio, entonces.
Nada. Yo estaba maravillada. El hombre se sacó la galera, y sobre su cabeza estaba la brillante bolita roja. Se acercó a mi oído y me preguntó
- ¿Te imaginás el precio que tendrían los vasos y las galeras si los vendedores supieran la magia que contienen?
Seguí mi camino, sonriente. Ya tenía chispas y motivos.
Compré una galera, de la que ya saqué una paloma, un león y un ramo de rosas.
Compré tres vasos, pero por el momento sólo los usé para un brindis, a la salud del trilero.
24 Comments:
no! tenía que terminar con la pregunta del mago!
Estás volviendo al sensei Dolina.
Un abrazo arcangel; te deseo una feliz semana.
¿Galera es lo que aquí llamamos chistera, verdad? Un sombrero.
Precioso cuento, Gilda. Precioso.
Precioso, el secreto está en tu corazón.
Un beso
Lágrimas de mar
qué relato más estupendo gilda. Me ha encantado. Más cuando ya he sabido lo que era la galera.
De vez un cuando todos necesitamos que nos recuerden que la magia existe. Un cuento precioso!
Galera es chistera, ¿no? también lo deduje. De acuerdo con Horacio... el último párrafo no es necesario aunque también queda bien. Un beso!
Lo miré en el diccionario y,
"galera
f. Embarcación de vela y remo: los romanos utilizaban las galeras como navíos de guerra.
IMPR. Tabla rodeada por listones en la que el cajista va poniendo las líneas de letras para componer la galerada.
amer. Cobertizo.
amer. Sombrero de copa con alas abarquilladas.
pl. Antigua pena que consistía en remar en las galeras reales: lo condenaron a galeras."
Además en catalán en un bicho marino que se echa a la paella.
Por eliminación me quedo con el sombrero, aunque de tu creatividad y tu imaginación puedo creerme cualquier cosa.
Me gustó mucho el relato, cuento o el bicho que escribiste, lo que sea, lo haces muy bien.
Un beso.
Sí, galera es chistera. Pero el Toro me dio la idea de hacer una versión nueva, en la que saco palomas de una embarcación a vela :)
Qué cosa más bonita, ¡y mágica! ¿Y sabes, arcángel? Tengo la sensación de que en este cuento has sacado a relucir tu parte más dulce, ¿me equivoco?
Un beso, niña :)
La magia de algunas personas capaces de sonsacarnos una sonrisa una mañana cualquiera es impagable.
¿Te imaginas si fuese lo habitual?.
Un abrazo.
Supongo que la galera es un sombrero de esos que los magos usan para sacar las palomas.
Qué bien que al final conseguiste tu objetivo.
Es que las tiendas (comercios) están desapareciendo dando lugar a grandes uperficies con rótulos internacionales. Se está perdiendo la magia, pero tu sabes encontrarla, sigue así.
Un abrazo
Hoy has hecho un cuento muy mágico..me recordó a Joan Brossa y sus poemas de circo y mágos. Creo que a ti te gustarían :-)
Apapachos tiernos para ti
pero qué bien escribes, qué magia en tus dedos...
ole, ole... y ole
que requetebonito
besos
La magia no consiste en obtener algo, sino en no perder el deseo.
John Constantine
A tu salud!
muy bonito como siempre
besotes
Sólo una palabra Mágico! Magía es lo a veces no sabemos poner en nuestras vidas, jo! como disfruté con tu texto, Arcangel
Saludos.
Dios, creí que el trilero te iba a mangar el bolso, o a hacerte algo malo.... dios.... pero no, te devolvió la magia y la alegría, siempre hay que creer en algo... y nuestras ilusiones, no tienen que ser las de los otros, por eso no nos entienden, pero tu a lo tuyo, con el mapa bien trazado, y que la vida te dé colores para pintarlo...
Besos, guapa, bonita foto la de Hilda¡
¿Y por qué sospecharé yo que Marea tiene algo que ver con todo esto?
No quiero ni pensar el precio que tendria un dia si pudieramos ponerle motivos al antojo .
Besos
uenísimo y de verdad mágico.
HERMOSO!!! Me encanto, expresas tan justamente en este texto que la magia no tiene precio, como todo lo abstractamente bello que es por lo que vivimos no puede negociarse sino descubrirse dentro. Una idea que parece obvia pero que tu texto hace volar de mi chistera. Magia. Gracias.
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