El poeta que hablaba de Amor
Una teoría muy difundida afirma que el poeta escribe mejor en la desgracia. Dolores, desengaños, llantos, penurias y monstruos debajo de la cama parecen formar el ambiente ideal para que el poeta se encuentre con las musas.
No voy a ser yo quien refute esta teoría: me gustan demasiados poemas tristes y demasiados tangos terribles.
Sin embargo, algo me hace ruido y no me convence. Si la poesía se engendra tras un sufrimiento, ¿el placer no es digno de poesía? ¿lo Bello no genera poesía? ¿no hay algún poeta que hable de amor sin corrupción, y que sea respetado y admirado? ¿soy ingenuamente optimista?
Acá me dicen que sí, que lo soy. Y sí, hay al menos un poeta con esas características.
Walt Whitman nació en 1819 en New York y ganó prestigio por escribir cosas como ésta:
... tanto bien me han hecho
que quisiera hacer lo mismo por ustedes...
les infundiré nueva alegría y rudeza,
quien me niegue no me causará desazón,
quien me acepte, hombre o mujer, será bendecido y me bendecirá...
y como ésta:
... creo que podría detenerme aquí y hacer milagros,
creo que encuentre a quien encuentre en el camino,
me resultará simpático...
creo que quienquiera que vea será feliz...
pero no caigamos en el error fácil de pensar que Whitman era una especie de Ned Flanders del 1800. Whitman predicaba lo que predicaba porque veía las cosas desde un punto luminoso. No era un tonto al que todo le daba lo mismo. Aquí lo demuestra:
... desde ahora me impongo rechazar todo límite y líneas imaginarias,
iré donde me plazca, soy mi propio amo, total y absoluto,
oiré a los demás, considerando con cuidado lo que dicen...
con cortesía pero con innegable voluntad
me despojaré de las trabas que pretendan retenerme...
Los optimistas tenemos un cielo infinito sobre nuestras cabezas. Walt Whitman demuestra que tenemos, también, un asfalto sólido bajo nuestros pies.
Y que no sólo las tinieblas son dignas de inmortalidad.
A Walt Whitman le habría gustado mucho esta canción.
No voy a ser yo quien refute esta teoría: me gustan demasiados poemas tristes y demasiados tangos terribles.
Sin embargo, algo me hace ruido y no me convence. Si la poesía se engendra tras un sufrimiento, ¿el placer no es digno de poesía? ¿lo Bello no genera poesía? ¿no hay algún poeta que hable de amor sin corrupción, y que sea respetado y admirado? ¿soy ingenuamente optimista?
Acá me dicen que sí, que lo soy. Y sí, hay al menos un poeta con esas características.
Walt Whitman nació en 1819 en New York y ganó prestigio por escribir cosas como ésta:
... tanto bien me han hecho
que quisiera hacer lo mismo por ustedes...
les infundiré nueva alegría y rudeza,
quien me niegue no me causará desazón,
quien me acepte, hombre o mujer, será bendecido y me bendecirá...
y como ésta:
... creo que podría detenerme aquí y hacer milagros,
creo que encuentre a quien encuentre en el camino,
me resultará simpático...
creo que quienquiera que vea será feliz...
pero no caigamos en el error fácil de pensar que Whitman era una especie de Ned Flanders del 1800. Whitman predicaba lo que predicaba porque veía las cosas desde un punto luminoso. No era un tonto al que todo le daba lo mismo. Aquí lo demuestra:
... desde ahora me impongo rechazar todo límite y líneas imaginarias,
iré donde me plazca, soy mi propio amo, total y absoluto,
oiré a los demás, considerando con cuidado lo que dicen...
con cortesía pero con innegable voluntad
me despojaré de las trabas que pretendan retenerme...
Los optimistas tenemos un cielo infinito sobre nuestras cabezas. Walt Whitman demuestra que tenemos, también, un asfalto sólido bajo nuestros pies.
Y que no sólo las tinieblas son dignas de inmortalidad.
A Walt Whitman le habría gustado mucho esta canción.
27 Comments:
Todo es respetable, escribir sobre la parte amble de la vida, yo no puedo porque no me inspira, y porque no tengo una vision mas oscura de la vida.
besitos
Es que todo depende del punto de vista en que lo veas. Hay quienes se sienten mejor escribiendo en desgracia y otros que aprovechan la felicidad para hacerlo... aunque según mi teoría, son los menos
besos
Aunque hay alguna cosa suya que me gusta, Whitman me resulta un tanto insulso (iba a usar otro adjetivo pero creo que debo respetar el gusto de cada cual)...
Referente a Santana... genial, como siempre...
Besos varios...
En el desgarro y la tragedia encuentro tanto sentimiento o más que en el amor. Las emociones penden de un abismo, elevadas al máximo exponente. Un verso provoca en mi más pasión, que un poema enamorado…
En fin, para gustos, como los colores…
Un abrazo.
Puede que sea todo una cuestión de equilibrio que va más allá de nosotros y qeu tal vez nosotros mismos desconozcamos: Si tienes una vida demasiado negra tienes que escribir palabras de luz y viceversa... o talvez no, ahí está Bukowski... el misterio del origen de un poema será siempre eso, a Dios gracias.
Abrazos.
Pd: tu post me ha recordado a otro poeta de luz, aunque no tan optimista:
"¿Qué debo decir de mi vida? Que ha sido larga.
Sólo con el dolor siento solidaridad.
Pero hasta que rellenen con arcilla mi boca, de ella sólo resonará gratitud."
Joseph Brodsky
Pd2: Por favor, pasa por casa, qeu te he acomodado un colchón en español para empaparte de Bob Dylan, faltaba más Arcángel.
El demasiado optimismo es sospechoso aveces
Se puede cantar a todo y con todos los animos... es verdad que un bolero suda desgarro , pero lo hay que de tan dulces puedas vibrar con las frases más cursis.. es así,todo lo que mueva fibras con cualquier sentimiento en mi casa es bienvenido!
besos Mirona!
Creo que el dolor explota el alma, detona, no deja lugar a nada más.
Por otro lado, nuestra sociedad le teme profundamente al placer, como diría Eduardo Galeano "al festejo del cuerpo"
Esto es una clara herencia de la religión Católica: la represión del goce, la culpa, el castigo al placer.
Besos
El balanceo es irreductible, al menos en mi caso, y la pena trae un sabor de hondura, algo inenarrable, una nostalgia infinita, que se aproxima al grito helado, fraguado de noche, en donde la pequeñez absoluta salta a la inmensidad absoluta. Sino hubiera espacio para mi hondura negra, no debería existir.Pero sólo es analógica,
de un espacio oscuro
llameante, que anda en un grito que me llama, como yo lo llamo a él.
La felicidad y la tristeza, ¿no son de la misma materia?
El canto nace del desencanto.
El arte del deseo sublimado.
La satisfacción engendra, generalmente, eructos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Arcángel, no te digo más que me chifla Bécquer...
Estoy contigo, Arcángel.
En los días más amargos de mi vida, cuando todo estaba perdido, cuando el túnel era negro y sin fin, la vida se ha empeñado en mostrarme su belleza. De mil y una manera.
Demasiado evidente para negarlo
Y para no concederle el don de la inspiración
El poeta escribe mejor cuando escribe y cuando vive. Ambas cosas van conformando su universo interior que aparece después transofrmado por su mirada poética. Vivir es la experiencia básica de la que se nutrirá la poesía.
Un saludo.
http://www.enunblog.com/Aguirre
quizás es que -nosotros lectores- sentimos mejor la empatía emocional de la derrota y el desamor que el júbilo de la alegría (que es siempre más egoísta y se presta menos a compartir)
A mí cuando mejor me salen las cosas es cuando me encuentro el filo de la ambigüedad ;)
Narrador: A mi es que Withman no acaba de pasarme bien, al principio creia que era por la horrible traduccion de Borges que manejo (hasta los mejores tenian dias malos), pero ni en ingles consigue atraparme... no se si es demasiado poco homosexual...
Por lo demas... si no hace sol y estoy optimista soy incapaz de escribir cuentos tristes.
LosLobos: La creacion solo se entiende desde la desesperacion y la miseria... siempre quise ser Bukowski, hasta que encontre sus estractos bancarios... afortunadamente carezco de talento y eso deberia ahorrarme desesperaciones...
LosLobos: Sorry por el extracto en gallego...
Muy bueno el post!
Me quedé pensando en la película que vi anoche "Paris je t’aime " (muy recomendable), porque en una parte dice uno de los personajes que el Amor le proporciona felicidad y tristeza, pero menos tristeza.
Al leer tu post relacioné inmediatamente esta frase con la poesía, sí, la poesía es amor.
Beso y abrazo!
Supongo que en los malos momentos uno busca en escribir un desahogo, y en los buenos momentos uno está demasiado ocupado por vivir al máximo la causa de su alegría. Me alegra estar de vuelta por aquí después de 15 largos días de imprevistos. Besos y hasta la próxima!
la tristeza nos rebaja al mundo de los mortales. el problema es que cuando estamos mal quizas estamos sofrados de vulnerabilidad y cuando recordamos que lo somos, necesitamos descargarlo, escribimos poemas o tantos o simplemente lloramos.
que buen post el tuyo! de veras me gusto.:)
Cuando alguien está seriamente afectado no suele mostrar una actitud altiva, al contrario, se recoge, reflexiona, y probablemente necesite guardar silencio. Es ahí donde nace la poesía. Por la misma razón, se pierde la mirada poética cuando hay jolgorio y griterío.
La poesía es síntesis, y no le favorece demasiado la dispersión.
.
Ese cielo infinito tiene un lunar que abriga el asfalto. De niños nos camuflaron la esperanza siempre en las ramas más altas y la angustia quedó codificada para siempre entre los barrotes de una alcantarilla. Con tortícolis y sin ganas de mirarme las botas llenas de barro mejor salir de la trinchera y tirar campo a través, el suelo está calentito.
Es un regalo leer cosas así.
A mí me encanta Whitman, el cantor del Yo.
Y como dice William Blake:"El exceso de pena ríe; el exceso de dicha llora". Así la poesía puede ir de un extremo al otro.
Me gustan los poetas tristes y me encantan los poetas festivos, y en todos hay algo de ambas cosas.
creo que del dolor encpontramos lo mejor de cada uno
Sólo vine a desearte feliz fin de semana
Me gustó mucho tu planteamiento.
Y me declaro lectora, de aquellos sin o con felicidad.
Abrazos
Escribí un cuento una vez. Un señor enamorado que de tan féliz no se concentraba y no podía trabajar. No encontró médico que le recetara una baja por amor para disfrutar su pasión. Le despidieron, Se arruinó. Se volvió huraño. Ella se desenamoró. El se deprimió y le dieron la baja por depresión para disfrutar su sufrimiento.
Y es que parece que la tristeza pesa más que la felicidad.
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