Hombres piratas y mujeres fatales
“...lograron ser amantes intermitentes durante casi treinta años gracias a su divisa de mosqueteros: infieles, pero no desleales” (Gabriel García Márquez).
Le decía a Susana que me caen bien las mujeres fatales. Me gustan sus pasos seguros, sus frentes altas, sus cabelleras platinadas, azabaches o coloradísimas, pero siempre salvajes. Me gusta la fosforescencia de las mujeres fatales. Me gusta que dejen huella.
Me caen bien, también, las mujeres que, sin ser fatales (por elección o destino irrevocable, en el caso de que exista tal cosa) conviven en paz con las que sí lo son. Me gusta que no sientan pavor ante escotes abundantes o personalidades de trazo grueso. Me gusta esa confianza de perfil bajo.
Las que no me caen bien son las mujeres de altivez falsa que se esmeran en poner palos en las ruedas de las semidiosas. No me caen bien las mujeres incoloras que envidian el fucsia ajeno, y que consumen sus días analizando cómo opacar eso que ellas no tienen, en vez de cultivar colores propios.
Le decía a Kostas que me caen bien los hombres piratas. Me gusta que ostenten banderas negras y loros en el hombro, me gusta que quieran tener una mujer en cada puerto y me gusta que lo confiesen.
Los que no me caen bien son los hombres que la juegan de magistrados incorruptibles pero que de noche piden un lugar en el barco más ilegal. No me gustan los hombres cobardes que dicen querer la serenidad de las chimeneas encendidas pero que ante la menor oportunidad buscan, de contrabando, la sal y la lujuria del mar y sus sirenas.
Porque las mujeres fatales y los hombres piratas saben lo que quieren, y saben que para conseguirlo van a tener que renunciar a otros placeres, tal vez, mejor vistos. Y atraviesan un camino incómodo, a veces infeliz, pero no se repliegan. Persiguen lo que anhelan, esperan y lo consiguen, y lo hacen sin las facilidades ni las ventajas de los dobles fondos. Por eso me gustan, por eso me caen bien.
Por eso, y porque son tan conscientes de su libertad y la valoran tanto, que respetan la ajena: si un pirata me invita a navegar, yo sé que no puedo pretender tierra firme. Y al saberlo, puedo decidir si quiero o no quiero levar anclas.
Vivir y dejar vivir. Eso es ser libre. Eso me cae bien.
Le decía a Susana que me caen bien las mujeres fatales. Me gustan sus pasos seguros, sus frentes altas, sus cabelleras platinadas, azabaches o coloradísimas, pero siempre salvajes. Me gusta la fosforescencia de las mujeres fatales. Me gusta que dejen huella.
Me caen bien, también, las mujeres que, sin ser fatales (por elección o destino irrevocable, en el caso de que exista tal cosa) conviven en paz con las que sí lo son. Me gusta que no sientan pavor ante escotes abundantes o personalidades de trazo grueso. Me gusta esa confianza de perfil bajo.
Las que no me caen bien son las mujeres de altivez falsa que se esmeran en poner palos en las ruedas de las semidiosas. No me caen bien las mujeres incoloras que envidian el fucsia ajeno, y que consumen sus días analizando cómo opacar eso que ellas no tienen, en vez de cultivar colores propios.
Le decía a Kostas que me caen bien los hombres piratas. Me gusta que ostenten banderas negras y loros en el hombro, me gusta que quieran tener una mujer en cada puerto y me gusta que lo confiesen.
Los que no me caen bien son los hombres que la juegan de magistrados incorruptibles pero que de noche piden un lugar en el barco más ilegal. No me gustan los hombres cobardes que dicen querer la serenidad de las chimeneas encendidas pero que ante la menor oportunidad buscan, de contrabando, la sal y la lujuria del mar y sus sirenas.
Porque las mujeres fatales y los hombres piratas saben lo que quieren, y saben que para conseguirlo van a tener que renunciar a otros placeres, tal vez, mejor vistos. Y atraviesan un camino incómodo, a veces infeliz, pero no se repliegan. Persiguen lo que anhelan, esperan y lo consiguen, y lo hacen sin las facilidades ni las ventajas de los dobles fondos. Por eso me gustan, por eso me caen bien.
Por eso, y porque son tan conscientes de su libertad y la valoran tanto, que respetan la ajena: si un pirata me invita a navegar, yo sé que no puedo pretender tierra firme. Y al saberlo, puedo decidir si quiero o no quiero levar anclas.
Vivir y dejar vivir. Eso es ser libre. Eso me cae bien.
69 Comments:
Lo legitimo y lo autentico es lo que debe atraer!!
Plas, plas, plas.
Sí. Estoy completamente de acuerdo. A mí también me gustan los piratas.
Las mujeres fatales, en el cine. En la vida real, no conozco a ninguna.
Y no te caemos bien los que no somos ni piratas ni buscamos contrabando? yo no soy pirata ni contrabandista. Podemos ser amigos igual? jajaja
Sos inteligente
besos
...Victor...
¡Hola, Gilda!
La verdad es que tu artículo está relacionado con una conversación que mantuve hace pocos días. En esa charla estuvimos hablando de que, en realidad, cada uno se debe a sí mismo, o sea, que uno tiene que ser fiel a su personalidad y vivir la vida tal y como la comprende. En eso reside, desde mi punto de vista, la sinceridad: si eres pirata, actúa como tal; si no lo eres, también. Sin embargo, no hay demasiada osadía y, ante posibles rechazos, las personas optan por llevar una doble moral. Eso me desagrada en extremo, porque, como dices tú, es mejor saber cómo es alguien, que llevarte la sorpresa de la vida.
Ánimo a los valientes: compartan su valor.
Un abrazo
hola gil!!!
bueno, esta buenisimo lo que escribiste...a mi tambien me gustan las cosas claras.por lo mismo que .que cada uno se haga cargo de su realidad....te dejo un besazo
Que bueno Gilda.
Te imaginé con un micro leyendo este post ante una multitud.
Genial.
Besos.
Gilda:
Vos sabés, yo amo a mis escritores muertos. Con algunos de ellos he tenido apasionados romances que duran hasta la actualidad. Con otros, sutiles coqueteos, también fértiles aunque menos duraderos.
Los escritores vivos los transito, siempre espero que me sorprendan, deslumbren, en alguna esquina de sus hojas, como quien espera el amante en su mejor noche. Pero no termino de entregarles toda mi pasión. Es mi forma, no puedo evitarlo.
Hoy me pasa algo distinto, es pura emoción ante tus líneas, me reconozco en cada una de tus letras y sin embargo las escribiste Vos, maravillosamente. Y con un escalpelo finito me calaste profundo, aún más que de costumbre.
"Hombres piratas y Mujeres Fatales" es para mí, una pieza de antología. Espero que alguna vez me permitas reproducirla en mi blog.
Me gustaría ver tu nombre al lado de esas otras chicas, las que hicieron historia...me gusta que la historia la escriban mujeres como Vos.
Brillante, mujer!
Un día cualquiera Clara, mujer de extremas decisiones, salió a fumar el cigarro al mulle. Llegando al embarcadero Clara se encontró a un hombre que le pareció fenomenal. Bastaba verle (corriso, de chaqueta ligera, pantalones ajustados y con gorro de tela) para saber que aquel era hombre de mar, le gustó. Se le acercó fumando, él también lo hacía. Se recargó en el barandal, como él, se quedó callada, al igual. Entre nudos de humo seductor Clara quebró el silencio,
-¿Tu de que vas?
-Yo soy Pirata, ¿Tu?
-Mujer Fatal.
El hombre le clavó la mirada, ella igual, los dos fumaban. Los cigarros se acabaron en una comunión silente de perfecta sincronía. Clara volvió a poner palabras,
-Pues si.
-Pues ya está.
-Pues qué?
-Pues nada.
-Pues nada.
Prendieron otro cigarro y empezaron a caminar. No se que pasó después con ellos, les perdí de vista.
Ja!!!!!!!
Emperatriz, yo sería la pirata de tu flota. Te lo aseguro.
Besos.
Maya
GRACIAS!
"Sin libertad,
qué me importa la gloria,
qué me importa el rey,
qué me importa morir..."
(Suburbano).
Creo que la lealtad, está muy, pero que muy por encima de la fidelidad..., ésta, está llena de moral, moral, por lo menos, judeo-cristiana, es decir, manipulada y tergiversada.
No, no soy fiel, pero sí leal, cuando tengo que serlo, sin problemas. Y sí, sí soy un pirata, pero eso no significa que me disgusten los "besos de tierra firme", jejeje.
Encanto, grasias por nombrarme y, ¡por supuesto!, para mí, nunca serás mi emperatriz: todas las jerarquías, han de desaparecer no sólo de la fafz de la tierra.
Besos, como sabes que los doy y como a ambos nos gustan, jajaja.
Cierto...Comparto los piratas y las fatalidades.Muy bueno...
Gracias por visitarme, claro que esta bien leer un libro entretenido... y no es fácil encontrarlo.M.Duras hablaba de masticarlo, creo, no de leerlo.
De los que pueden sobrevivir por siempre...delicatessennnn.....
Yo no soy ni pirata ni magistrado. Más bien un poco de ambos (algo así como el Zorro :P).
Pero, oye, a mí también me gustan las mujeres fatales.
Besos.
Me encanta este post Gilda. Y me encanta poder decirte que no sólo hay los que son piratas o los que son de dobles fondos. También hay una especie hermosa de hombres que abanderan la fidelidad y la lealtad a pares. Que son felices recibiendo el amor de una sola mujer. Que no necesitan encamarse con más de una al mismo tiempo.
Y aunque contradictorio, también me caen bien los piratas que tan bien describes en el post. Son hombre divertidos y apasionados. Me encantan simplemente como amigos, para pasar buenos ratos con ellos, pero te aseguro que no subiría al barco de ninguno de ellos porque en sus aguas seguro que me marearía.
Cuando una es medio tonta puede llegar a creerse que se va bien en ese tipo de embarcaciones, pero sé que no es cierto. A no ser que la piratería sea plato que también ella consuma.
Besos mi niña linda,
PD: Ah! Y si se puede elegir personaje del post, yo: mujer fatal.
;)
Aunque tengo muchas razones (todas personales) para elogiar a la mujer fatal y al pirata, esta vez me pondré del lado de enfrente. Su única libertad consiste en elegir el vacío, ir de un lado a otro sin más cuerpo que un rótulo. Al final de la vida, y como diría Eco, de la rosa sólo les queda el nombre. Y además no estoy seguro de que dejen vivir: la mujer fatal es precisamente eso, "fatal"; y el pirata siembra la muerte y la desolación por donde pasa. Que hayan sido esos y no otros los nombres con que conocemos a esos hombres y mujeres dice mucho, dice todo. Ambos matan. Un abrazo.
Gracias!!!
(no la banco)
;)
Tienes razón en todo. A mi también me cae bien y por eso lo respeto hasta el infinito, aunque yo no sea ni mujer fatal ni tampoco pirata.
Como decía el rey león: Hakuna Matata, vive y sé feliz.
Nos vamos leyendo.
Vaya.
Pareciera que nos hemos puesto de acuerdo para hacer una declaración de principios.
Yo, al igual que has hecho tu, también firmo los tuyos.
Y me gustan las fatales y los piratas, porque me asustan enormemente los que siéndolo lo maquillan, tapan y ocultan..
Un abrazo.
¡ Salud !
"vivir y dejar vivir" eso lo define tal cual.
Me gusta lo que escribiste( como siempre =) )
A mi tambien me gustan las mujeres seguras, que saben lo que quieren. Pero lo que repudio son aquellas mujeres envidiosas. Pero yo siempre llevo mi cinta roja contra la envidia =) por las dudas.
Como también esos hombres piratas =).
Besos,nos estamos leyendo.
Siempre he querido que los piratas en los enfrentamientos navales derrotaran a cualquier armada imperial, quizás porque me gusta la astucia, el valor, el riesgo y los valores mas anárquicos de estas embarcaciones a las normas rígidas y oficialmente preestablecidas que asumen los navíos de la sociedad .
El pirata pata palo.
Lo que envidio de las mujeres fatales y los piratas es que se acercan a la ilusión de vivir más de una vida en tiempo real. Me gusta mucho lo que escribís, lindo conocer tu lugar..saludos!
Exacto: vive y deja vivir! mi gran lema.
Que buena reflexión! Me quedo pensando en todos los rodeos que muchas veces damos para escapar de nuestra esencia, de lo queremos, de lo que necesitamos. Vueltas y tropiezos con los que que nos saboteamos. Un abrazo.
Según deduzco, no son las mujeres fatales ni los hombres piratas los que te atraen; eso es circunstancial. Lo que verdaderamente te atrae son los hombres y las mujeres honestos y consecuentes.
Me gustó este post.
exelente ....te pasaste aparte de que mas calro imposible.....
me enacnto realmente como para sacarse la galera........
que esteis bien y gracias por estar siempre...
besines!!!!!!!
exelente..
exelente...
exelente
:)
Un aplauso te doy, porque hoy tus palabras parecen mias (bueno, tu las escogiste mejor pero el mensaaje es el mismo). Porque quiero la verdad por delante y espacio, para hacer lo quiera y q hagan lo que quieran. Q ser feliz no depende de otros, tan solo de nosotros mismos.
¿Existen las mujeres fatales? ¿O son máscaras que se ponen las mujeres que no se atreven a dar la cara a la realidad, a la suya, a lo que ellas son?
La mentira en definitiva es lo que rechazas, las máscaras que ocultan el verdadero rostro.
En eso, estamos de acuerdo los dos, aunque a mí no me caigan demasiado bien ni los hombres piratas, ni las mujeres fatales.
Un beso muy fuerte y tú sigue siendo mejor un arcángel mirón.
Hasta pronto.
A mí también me cae bien la gente genuina.
Un abrazo
:)
A mí me caes bien tú, vamos, tu forma de escribir, porque a ti no te conozco :)
Yo no soy pirata, que sí hubo en Cádiz unos años, pero sí soy fenicio, al menos eso que me llevo, y que a veces muestro, pero sin altivez :)
Besos
Necesito conocer a un pirata
Permítame que me incline querida querida GILDA (y espero que no se me caiga el loro)
Estoy seguro de no meter la pata (de palo), si le digo que estoy con Ud. (ya me gustaría) en sus gustos; sí, me van los escotes vertiginosos y las mujeres fatales, aunque no las taradas de cartón piedra ni las socavamitos full time
Veo que esta inspirada diosa de Lanús; ¿es que ha pillado?; ¿le han regalado una caja de Havanna?, o simplemente va con ese piloto automático que la hace ser obligada en la lista de cualquier lector con buen gusto
Dígame, es Lanús Este u Oeste, porque creo que abriré sucursal nueva, y quiero estar cerca, por si existiera la posibilidad de la ósmosis literaria. Besos tía grande
El Profundismo encauza el río del instinto, lo moldea, lo encamina al océano de sus fines, no lo somete ni lo disciplina porque sabe que al hacerlo también, indefectiblemente, lo debilita. Ese instinto de propiedades siniguales de fuerzas creadoras habita en cada cuerpo humano/animal, sólo debéis miraros hacia dentro, precipitaros hacia dentro y veréis como una especie de musa hermosa y pálida pide vuestra ayuda... dejadla morir, dejadla, es la tirana de las costumbres. La vida existe porque creemos en la muerte. Aquello, señores míos, no es ninguna especie de revelación o luz sino, mas bien, una conciencia al borde de un abismo, un espejo que nos muestra desnudos ante el mundo. El Arte Contemporáneo dice: Ey, si la vida no tiene sentido, cada uno a construirle uno y que sea de vuestro agrado. El Profundismo replica: tenéis razón, el hombre anhela un sentido de vida para dotarla a ésta de existencia, pero seamos honestos también: no podemos vivir sólo para cada uno de nosotros como indolentes autosuficientes. Esto quiere decir dos cosas:
EL ARTISTA(POETA, ESCULTOR, PINTOR, ESCRITOR, ARTESANO, MÚSICO, ETC) DEBE DEJAR DE EXHIBIRSE COMO UN MENDICANTE DE LA FAMA Y EL ÉXITO INVIDIVIDUAL. EL ARTE NO ES NINGÚN PRODIGIO, NO ES NADA SUBLIME, ES UNA MANIFESTACIÓN MÁS DEL INSTINTO HUMANO/ANIMAL POR COMPRENDER SU CONTINGENCIA TEMPO-ESPACIAL.
EL COMPROMISO DEL ARTISTA CON SU REALIDAD CIRCUNDANTE NO CONVIENE A UN DEBER “COOPERATIVO”, SINO A UN DEBER POLÍTICO ELEMENTAL PARA CON SU PROPIA OBRA. ES MENESTER QUE SE ENFRENTE CON SU INEVITABILIDAD HISTÓRICA QUE COMPARTE CON LOS DEMÁS. SU VOZ AUNQUE MUERDA INDIVIDUALIDAD PERMANECE EN LA RETINA DE UNA SOCIEDAD.
A mi siempre, siempre, siempre, me gustó Jessica Rabitt, eternos pechos los suyos, por cierto.
Los piratas me caen menos bien pero mejor que los hipócritas en cualquier caso
Mujeres incoloras que envidian el fucsia ajeno.....
Dichosas sonrisas
Gracias por traerme hasta tu casa.
Por eso me gusta tanto el blog de Susana porque es un constante grito de "Vive y dejar vivir".
Saludos
Siempre me resultó irresistible el desnudar a las mujeres fatales y a los hombres piratas. Por eso escribo, por curiosidad.
besos con parche y escote,
musa
Luzbel de mi corazón: de Lanús Oeste. ¿Piensa venir por estos pagos? Digame que es verdad, que no es un chiste...
:)
Apapachos a todos!
Es como Samurai o Ninja. Pirata u Hombre Enmascarado. A veces los Ninjas también son interesantes.
Eso de vivir y dejar vivir, pues claro, pero por eso esta el país como está.
Nunca nadie había expresado con tanta claridad a ese tipo de hombres y de mujeres.
Saludos y salud
Me gusta lo que dices y como lo dices, eres cantora de libertades.
Me gusta que subviertas la connotación negativa que tienen estos calificativos y por eso me atrae el texto. El espiritu de l@s fatales y de l@s piratas siempre es transgresor en una sociedad moralista y prejuiciosa, transmite mucho de libertad.
En la ficción me resultan encantadores y seductores tanto el prototipo de hombres como de mujeres fatales y piratas. En esta orilla no sé si existe ese prototipo y no sé si me gustarían tanto, depende de como se proyecte sobre los demás lo "fatal" o "lo pirata" ( hay que joderse, ya entró en juicios de valor). En todo caso, valoro la honestidad y el respeto. Me cae bien lo que dices al final.
La cita de G. M., muy buena para mostrar la diferencia entre fidelidad y lealtad.
Fíjate que estoy totalmente de acuerdo con lo que nos cuentas, pero tenemos esos mediocres de turno que ni viven ni dejan vivir zancadilleando a cada momento y en cada situación, ¡ medi0cres envidioso¡Dios, librarnos de su radio de acción.
Inuits
A mí me cae bien gente como tú, que dice lo que piensa clara y eficazmente. Con las palabras precisas que invitan a la reflexión. Hasta inspiraste a D digo hijo que nos dejó a medias con su relatio).
Saludos
Y es que necesitamos a piratas y a mujeres fatales en nuestro ángulo de visión... para que nos recuerden que en la vida se puede ganar como lo hacían Nijinsky y Marilin Monroe y se puede perder como también lo hicieron Nijinsky y Marilin Monroe... hay que arriesgarse un poquito en intentar acercarse un poco a ellos, a su entrega y a su intensidad... intentando no acabar devorado por esa misma entrega e intensidad.
Gilda, yo de mujeres fatales sé un rato, son buenas como personajes, pero sufren demasiado y muchas veces se auto-condenan... me gustan cuando son vulnerables, dan muchas ganas de abrazarlas y lo mismo con los piratas ...
Yo, fíjate, últimamente cultivo el gusto por ciertas trazas de frivolidad.
Lo que más me gusta de conocerte es que eso me permite leerte bien, tú me entiendes. A mí me gustan las mujeres pirata y los piratas fatales. Me gusta, sí, la libertad, me cae bien. Y me encantas tú, Gilda, esa forma de transformar... te admiro.
Tú y tu coherencia me caéis genial... lo que importa es ser de verdad y leales con uno mismo
Besicos
A mi también me gustan porque son sinceros,no engañan,se muestran como son,y viven libres,yo no les temo a las mujeres fatales ni juzgo a los hombres piratas,porque tengo mi encanto tambien,además hay quienes se disfrazan de corderos y en el fondo son lobos,en estos casos uno sabe como son en realidad,y la verdad la hipocresía no me vá.Me encantó tu post,que tengas un muy buen día!
Niña, en serio y de verdad, es un post genial! me encantó! si señor!
Sabes que no conozco a muchos piratas mmmmmm jajaja.
Besos guapa!.
Me matan los piratas..
siii... Aunque yo no sea ni por asomo una mujer fatal.. jo!..
te dejo abrazos.
Nena, en unos momentos te contesto, date una vuelta por ni nuevo blog y mira el artículo de
Que es ser un melómano/a?
A ver que te parece. Me lo han pedido para una publicación.
http://campodeguerrerasluciernagas.blogspot.com
Besos,
Maya
parecería ser que no te caen bien los hipócritas
Dentro del mal o del bien, lo único que podríamos exigir desde un punto de vista objetivo, sería la coherencia de planteamientos, es decir, que uno sea lo que quiera ser, en virtud de unos principios respetados a ultranza; como los pirtas o las mujeres fatales, efecivamente.
COMPLETAMENTE DE ACUERDO
No has podido definirlo mejor. Eso sí, las mujeres fatales (del estilo Anna Karenina, Madame Bobary o la Regenta) son un poco egoncéntricas y aunque lo tengan claro, no aman a la persona con la que están sino que la necesitan para satisfacerse. Eso no me gusta.
Vive y deja vivir.
"(...) que consumen sus dias analizando cómo opacar eso que ellas no tienen, en vez de cultivar colores propios" Me encanta esta frase... es la imagen de la mala envidia.
Pero, ¿sabes lo que ocurre, Arcángel? que nunca los piratas buscan mujeres fatales... estas se alimentan de los magistrados, esos que al volver a casa siempre encuentran sus chimeneas encendidas... Si nos ponemos de parte de uno, hemos de ponernos, necesariamente, de parte del otro.
Un abrazo.
Quiero seguir conociendo personas que dejen trascendencia. Y por supuesto, estar siempre vestida de libertad.
Besos chica de las letras.
a mi me gustan esas personas que son naturales, que no se esfuerzan por aparentar lo que no son, los que caminan seguros.
BSS
a mí me atemorizan algo las mujeres fatales, aunque alguna que conocí se derretía según con qué calores ... los hombres piratas ... bueno, ya sabes que los hombres envejecen mal en general, así que sólo admiro a los que se retiran jóvenes.
Oh, Gilda, que personajes más arquetípicos, qué antipáticos, que cacho groseros esgrimiendo su sinceridad de pega a los cuatro vientos en voz baja o sin hablar siquiera. Qué pose trasnochada, qué actores de proscenio y pandereta, qué desacierto dejar la honestidad en manos de ambas semejantes máscaras de ser humano. Oh.
(Perdona, mira, te estoy escribiendo una carta que te mandaré un día y no se me ocurre otra manera de llamar tu atención para avisarte entre tantas decenas de comentarios elogiosos. Sabrás disculparme.)
(¿Viste?, encerré el puntoyaparte dentro del paréntesis, como dios manda, eh.)
Hank: esa carta debe tener varios folios, o la corregís en demasía. Me gusta la palabra "demasía".
:)
Apapachos a todos.
magistral, ojo que las mujeres fatales expantan a los hombres, beso
"...si un pirata me invita a navegar, yo sé que no puedo pretender tierra firme. Y al saberlo, puedo decidir si quiero o no quiero levar anclas."
ay, amiguita, ¿y si te enamoras? ¿qué ---- haces? ¿cuánta es la capacidad de decisión?
Eres una romantica Gilda .....
Mil besos
No me extraña que le gusten las mujeres fatales a alguien que se llama Gilda -por Rita Hayworth?- :-)
..y si Johnny Depp me rapta, me convertiré una pirata mala, malísima!!! :-)
Besitos
Árcangel mirón, qué bien escribes.
De acuerdo contigo, la sinceridad frente a la hipocresía, la seguridad frente a la envidia...
Besos
Estoy contigo. No hipocresía, sobre todo, que cada uno sea lo que le venga en gana pero sin jugársela a los demás... Yo no sé lo que soy pero si lo supiera probablemente sería una mujer fatal y me caería bien...
Interesantísimo tema, Arcángel, y una manera muy original de enfocar la cuestión más amplia de la libertad.
Sin embargo, mi personal experiencia es bastante distinta a la que expones. Los piratas que he conocido eran extremadamente conscientes de su libertad pero muy poco de la ajena. Invitaban a navegar prometiendo una tierra firme al final del trayecto que no existía. La afirmación de su libertad pasaba necesariamente por el engaño. Eran en exceso autocomplacientes, caprichosos, e insensibles al dolor de otros, al causado por sus propios actos. Y algo muy similar podría decir de las mujeres fatales que he conocido.
Supongo que el quid de la cuestión estriba en ser capaz de ser coherente con la opción que uno ha tomado, gozando de sus ventajas pero sin pretender soslayar el sufrimiento que provocan sus inconvenientes. Y menos a costa de los demás. Algo complicado sea cual sea la opción que se elija, y que exige un elevado grado de sabiduría al que no todo el mundo aspira.
¡Un beso!
Gilda siempre es preferible la sinceridad del alma. A veces esto es difícil, realmente hay todo un caudal de teorías literarias que esto explican, sin ánimos, hay que dejarse llevar por las corrientes y siempre ser auténtico. Me caes bien, Gilda.
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