Arquitectura
Una construcción de cemento no es sino un castillo de naipes. Basta que llegue la ráfaga precisa. (Thomas Bernhard).
El amor, la soledad, la indiferencia, la fe, el odio, el poder, la democracia, el pánico, la confianza, la dictadura, la religión, el dolor, la depresión, la felicidad. Construcciones hercúleas y en apariencia invencibles.
Suceden cosas todo el tiempo y en todo lugar; cada tanto, sucede algo que resulta fatal para el paisaje de nuestras costumbres. En parte es una gran noticia: conforta saber que la soledad y la dictadura pueden ser derrocadas. El problema aparece cuando vemos caer las paredes de eso que nació a partir de los deseos propios.
A simple vista no se ve, porque está oculto bajo todo lo que aprendimos a ser; existe, sin embargo, un yo primitivo que se mantiene protegido y alerta para rescatarnos de abajo de los escombros que quedan cuando caen las paredes de aquello que una vez levantamos. Y el yo primitivo nos rescata una y otra vez, sin darse jamás por vencido, porque sabe que somos necesarios, sabe que nuestra voluntad arquitectónica es imprescindible para que sucedan cosas todo el tiempo y en todo lugar, para que en el mundo se sigan levantando castillos, sean de naipes o de cemento.
El amor, la soledad, la indiferencia, la fe, el odio, el poder, la democracia, el pánico, la confianza, la dictadura, la religión, el dolor, la depresión, la felicidad. Construcciones hercúleas y en apariencia invencibles.
Suceden cosas todo el tiempo y en todo lugar; cada tanto, sucede algo que resulta fatal para el paisaje de nuestras costumbres. En parte es una gran noticia: conforta saber que la soledad y la dictadura pueden ser derrocadas. El problema aparece cuando vemos caer las paredes de eso que nació a partir de los deseos propios.
A simple vista no se ve, porque está oculto bajo todo lo que aprendimos a ser; existe, sin embargo, un yo primitivo que se mantiene protegido y alerta para rescatarnos de abajo de los escombros que quedan cuando caen las paredes de aquello que una vez levantamos. Y el yo primitivo nos rescata una y otra vez, sin darse jamás por vencido, porque sabe que somos necesarios, sabe que nuestra voluntad arquitectónica es imprescindible para que sucedan cosas todo el tiempo y en todo lugar, para que en el mundo se sigan levantando castillos, sean de naipes o de cemento.
32 Comments:
¿Qué son sino tantísimos blogs danzando en el aire? ¿Qué son sino castillos? castillos hechos de yoes que se revelan a ser sólo periferia y buscan ser el centro... el centro de su creatividad.
Besos!!!
si el castillo es de arena llega el mar y se lo lleva
besotes para ti
lágrimas de mar
viento ligero:
el vestido adhiriéndose a tu cuerpo
viento cálido:
tu aliento acercándose a mi aliento
viento helado:
la puerta abierta que has dejado tras de tí, al irte
Lo malo del yo primitivo es que siempre está ahí para rescatarnos... pasando por encima de lo que sea. Por eso la persona más amable puede convertirse en el asesino más despiadado si se dan las condiciones adecuadas.
No. No es el yo primitivo el que "viene" a rescatarnos. Es más bien al que siempre tendemos a "ir".
Psicológicamente hablando, claro.
Lindo texto!
Hola Arcángel.
El paisaje de nuestras costumbres...
Pero, ¿cuánto tiempo, comparado con la edad del Universo, lleva aquí gateando el yo primitivo?
Somos una millonésima parte de todo...
Pero sí, mientras estamos aquí, hemos de crear.
Es nuestra obligación.
Crear para contrarrestar la maligna tendencia a la destrucción, a la vulgaridad, a la adoración del Dios Dorado.
Hay que seguir creando y que la destrucción no afecte a la creación artística, por muy modesta que sea...
Abrazo creador.
Me gusta eso de la "voluntad arquitectónica". Que no falte nunca.
Mejor hacerlos con base de cemento guapa!
Un besico muy fuerte
:)
Esos artificios que nos montamos son más frágiles de lo que creemos...
En cambio nosotros somos más fuertes de lo que sospechamos.
Un beso,
si gil, tenes toda la razon del mundo, y este momento encuentro todas mis verdades en este texo...
Sos el ejemplo de que se puede asociar sabiduría con juventud.
Yo tengo mis dudas sobre ese yo primitivo, no estoy segura de que sea constructivo, muchas veces es mucho más destructivo que la propia muerte.
Un besito
Me gusta la arquitectura, siempre que no sean castillos de naipes, castillos de arena o castillos en el aire.
Besos
Luz: no te refuto porque no hay que desmentir los elogios. :)
Interrogación: como Yo primitivo me refiero a esa parte nuestra más profunda, nuestra parte "primera", ésa que existió desde el principio, desde antes de toda impostura. No creo que pueda ser destructivo: no es la parte nuestra que se encarga de destruir, sólo existe para asegurarnos la supervivencia.
Apapachos a todos.
Tardíamente estoy desayunando...te leo...y con mi café con leche brindo por vos Gilda.
Admiro tu poético poder de síntesis.
Apapacho largo.
todos pretendemos fabricarnos paredes para resguardarnos del frío de la vida
besotes
Me gusta mas hablar de jardines privados que de castillos. Aunque en ambos casos es importante saber a quien le das las llaves.
Las grandes palabras que simulan esos castillos deben acordarse de la gente que los construyo.
Un abrazo.
Bellísimo y reflexivo post.
Observo dentro de mí y creo que he en algunos aspectos he transformado mis naipes en cementos. Quedan algunos por pulir, rescatarme de algunos miedos, supersticiones y complejos, pero creo que he construido.
Si. Miro hacia adentro y veo un edificio. Aún no está terminado, pero las obras van avanzadas.
Abrazos,
Agatha Blue*
"El problema aparece cuando vemos caer las paredes de eso que nació a partir de los deseos propios"
No sabes cuanto me llegas con esta frase :) Es una frase que tiene multitud de aplicaciones ¿no?
Besos atildianos :P
buen relao, interesante como siempre, abrazo de gol
Dos cosas.
La frase inicial se merece un pedestal.
Lo que dices hoy quiero creerlo, y debe ser cierto, porque es la única manera de explicarme muchas cosas. Lo que pasa es que jamás lo había visto así.
Estuviste de cine.
Besos.
La cuestión es que en ocasiones ese yo primitivo se esconde demasiado, demasiado hondo, y nos vemos tentados a desconfiar de su existencia, y lloramos y lloramos entre los escombros, dándolo todo por perdido.
Hay quien incluso, sabiendo de tal existencia, se niega a recibir su ayuda y prefiere seguir llorando.
Por eso, cuando el yo primitivo emerge en nuestro rescate, hay al menos que tenderle la mano y confiar en él. Y ponerse con él a alzar piedra sobre piedra, luchando contra la decepción y la desilusión.
No es fácil renacer de los propios escombros. Pero con un poco de la voluntad de ese yo primitivo comprendemos que no es imposible lograrlo.
¡Un beso!
Pues mira... cuando una persona decide eliminarte de su vida sin darte una sola explicación, normalmente llegas a la conclusión de que la persona no valía la pena, o no lo habría hecho así, y que te merecías otra cosa, y que has estado ciega, y que menos mal que ha sucedido antes de ser demasiado tarde, etc...
Creo que yo estoy demasiado acostumbrada a que se me destruyan los castillos y mi Yo primitivo tenga que acudir al rescate. De hecho creo que cada vez lo voy necesitando menos porque empiezo a saberme el camino de salida de entre los escombros. ¿Qué pasa con el Yo primitivo cuando ya no lo necesitas? ¿Eso significa que lo has dejado salir a la superficie?
Eso, que insiste, resiste, y levanta pirámides caídas, a éso yo le llamo deseo. Pasión. Vida. Amor.
y vos estás palgada de esos elementos, nadás en ellos como pez en el agua.
Mil besos, hermosa!
La cuestión está en tener espítiru constructivo... todo lo positivo sube y crea vida. Si se cae, se intentará reconstruir.
Besitos,
Freud lo llamaba la lucha del super Yo con el Ello. Pero tú lo escribes mucho mejor.
Sigamos desafiando al viento con catedrales de papel.
(Thomas Bernhard siempre tan optimista. Pero me convence siempre, ¡que carajo!)
Nuestras fortalezas de cemento siempre están hechas de naipes, es cierto!
Y debajo de los escombros el yo chiquitito que aún respira confundido, con el difraz hecho harapos.
Texto preciso, que abre puertas.
:)
Abrazos
musa
Un yo primitivo que a veces construye enormes pilares sin mi permiso, pero que nunca me dejó perecer bajo ellos...
que buena la analogía...
y bueno tu texto.
Como siempre.
♥♥
Estaba pensando cómo escribir algo a ese alguien que me roba las palabras y he aquí que salgo como siempre, inspirada de tu blog... gracias... cuándo me mandas algo para "Inspiraciones!?
excelente fin de semana!
Arriba arriba... siempre pa arriba..siempre pa alante¡¡¡
Besos
Siempre tú tan crítica...debo contagiarme.
El texto se lo daré a mis arquitectos.
Besos
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