Mil pulmones
En una esquina, a pocas cuadras de la plaza donde el Colorado jugaba al fútbol con sus amigos, se alzaba un convento de belleza medieval. Todo en él desentonaba con aquel barrio de gente común: sus paredes de piedra insensible, el misterio de sus puertas maderosas, sus cruces con cristos clavados.
Un día de verano, el Colorado decidió afrontar la peligrosa desolación de las dos de la tarde y salió a andar en bicicleta. Ya en la calle, vio a una monja que caminaba a velocidad máxima, una monja que se dirigía a su convento como si le fueran a cerrar las puertas en el caso de llegar tarde. El Colorado la miró y tuvo la extraña idea de que a las monjas no se les permitía correr; el Colorado tenía la extraña idea de que las monjas no eran mujeres sino monjas.
- Hermana, ¿necesita ayuda? – gritó el Colorado al ver que la monja dejaba a su paso un reguero de sangre. La monja no contestó: se limitó a caminar aún más rápido. Movido por un impulso curioso el Colorado siguió, en sentido inverso, el camino de gotitas rojas hasta llegar a un baldío que era cuna de alimañas, a la vuelta de su casa. En medio de los bichos y del espanto, un bebé recién nacido berreaba con la fuerza de mil pulmones. El Colorado lo rescató en el preciso instante en que una cucaracha intentaba treparse por el cordón umbilical. Asqueado de horror, salió del baldío justo a tiempo para ver cómo la puerta del convento se cerraba tras la monja que no era mujer sino monja.
Un día de verano, el Colorado decidió afrontar la peligrosa desolación de las dos de la tarde y salió a andar en bicicleta. Ya en la calle, vio a una monja que caminaba a velocidad máxima, una monja que se dirigía a su convento como si le fueran a cerrar las puertas en el caso de llegar tarde. El Colorado la miró y tuvo la extraña idea de que a las monjas no se les permitía correr; el Colorado tenía la extraña idea de que las monjas no eran mujeres sino monjas.
- Hermana, ¿necesita ayuda? – gritó el Colorado al ver que la monja dejaba a su paso un reguero de sangre. La monja no contestó: se limitó a caminar aún más rápido. Movido por un impulso curioso el Colorado siguió, en sentido inverso, el camino de gotitas rojas hasta llegar a un baldío que era cuna de alimañas, a la vuelta de su casa. En medio de los bichos y del espanto, un bebé recién nacido berreaba con la fuerza de mil pulmones. El Colorado lo rescató en el preciso instante en que una cucaracha intentaba treparse por el cordón umbilical. Asqueado de horror, salió del baldío justo a tiempo para ver cómo la puerta del convento se cerraba tras la monja que no era mujer sino monja.
39 Comments:
Y no era mujer... para abandonar así a una criatura no era mujer...
besos!
Estoy con Belén: Ciertamente no lo era...
Besos.
Y si no era mujer... ¿se reproduce por esporas? Claro la historia pudo haber sido muy diferente, aquel bebe que berreaba vio a la cucaracha y pensó que era su mamá, la cucaracha le crió con amor y sabiduria cucarachil, y él, de mayor se convertiría en el fabuloso hombre cucaracha. La supervillana de la historia era una ex monja convertida en fabricante de armamento que quiere destruir el planeta. El momento álgido del drama llega cuando el fabuloso hombre cucaracha descubre que la malvada es su mamá, en el momento en que la va a tirar por la ventana de un rascacielos, salvando asi a la humanidad de una destrucción segura. ¿La tira o no la tira?...
ejem... creo que mi imaginación se me ha desvocado un poco...
Besines.
Menuda historia... esta claro que el hábito no hace al monje. No se entiende que alguien deje abandonado a un niño o animal, no se entiende que siga habiendo quien no quiere ver las cosas como son y sigan cegados por un uniforme o una condición social.
Eso es la misericordia???
Madre míaaaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡ La verdad es que mujer era, pero de qué calaña esa ya es otra historia... y bueno, los valores y eso... andaban de vacaciones en su extraña cabecita....
Lo del cordón umbilical me ha podido... muy fuerte...
Y que en todos sitios cuecen habas... eso desde luego¡¡¡¡¡¡¡
UN APAPACHO, GUAPA, AHÍ... CON EL VERANITO... APROVECHAAAAAAAA¡¡¡¡¡
Por cierto, me perdí tu post anterior, que leí ahora.... adoro a los gatos... y por lo visto fuiste una salvadora en toda regla.. eso sí, lo de ls cadáveres degollados me dejó preocupada... AYYYYYYYY, Gilda, como eres de tremendaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡
Poderosa y turbadora la imagen de la cucaracha ascendiendo por el cordón umbilical.
Supongo que lo de la cucaracha es simplemente asqueroso, pero me pregunto ¿por qué centrar la atención en un pequeño animalito, cuando lo que verdaderamente importa es un abandono en manos de DIOS? ¿Acaso eso no es lo más asqueroso de esta historia?
Besos y gracias por tus visitas.
Sigo leyéndote.
Sil
vaya. sí que era monja antes que mujer... amar a alguien desconocido antes que a una pequeña criaturita que ha salido de lo más profundo de ti misma... jamás entenderé ese tipo de reacciones.
suerte que hay avispados personajes como colorado.
un besito.
Por si a alguien le interesa, la hermana se encuentra sedada y fuera de peligro. Para cuando despierte estará asustada y deshecha. Sin salida, diría yo. Ahora sólo pienso en dársela y no sé cómo.
Mal...
Indudablemente la naturaleza humana se involuciona para dejar de ser humana.
:(
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Qué imagen la de la cucaracha, Dios!!!
"el Colorado decidió afrontar la peligrosa desolación de las dos de la tarde y salió a andar en bicicleta" esta frase es una maravilla del costumbrismo siestero.
Ahora quiero saber cómo sigue la historia... El Colorado con el bebé en brazos. Impresionante.
Besos
musa
Esa idea de "el colorado" la hemos tenido muchos en nuestra infancia. Seguro que hay otras infancias actuales en las que pervive esta misma idea: la de la mujer que no es tal, sino monja (un estatus divino, al parecer).
Te comento algo que seguro que conoces, y es la cantidad de hallazgos de pequeños esqueletos encontrados durante la remodelación de algunos conventos, y supongo que no sólo en España.
Me gustaría protestar ante esa mujer con un exabrupto muy común por aquí:
"¡Que te follen!"
Pero no, mejor, que no la follen más. Criatura.
Vengo corriendo, querida Gilda, como la monja, aunque sin mácula. De otro lugar traigo una respuesta a tu pregunta: no sé bailar el vals sin pisarle los pies a mi pareja, por eso lo bailo solo, así no lastimo a nadie y no muevo a risa
Un abrazo para ti y otro para tus "lastimados"
ser no humano
besitos
Muy fuerte , claro que no era una mujer.
Un beso
Con lo fácil que es salirse del convento, coño.
Mala monja, peor mujer.
Anda que no era mujer, claro que lo era... pero de las malas malisimas...
Gracias por llenarnos el dia con historias como estas.
Besos
ni era mujer ni animal, era un monstruo
besos
lágrimas de mar
Me que quedé muerta !!!! :-(
Besossss
Una dura crítica a esa monjita y su alrededor.
Abrazos linda.
Maldita hipocresía, Arcángel...
Aplaudo tu relato.
Apapachos :)
Úfala !!! ¡ Cuánta dureza, qué bien escrito y cuánto sobre que reflexionar tras haberte leído !
Sr. Arzobispo: creo que a nadie le interesa. Agradezco, de todos modos, su aclaración. Y vaya con Dios.
Perdedor: no se, no se. Hasta que no te vea bailar, no te creo.
Apapachos a todos.
:)
Buf!!! Impresionante. Me he quedado de piedra. Sólo de pensar en el reguero de sangre y en ese cordón umbilical de cucarachas trepadoras... La doble moral es un covento de hipócritas.
Besitos
Y todo por seguir en el grupo... por no quedar aislada (cree que puede aislarse más, cuando realmente su soledad debe ser inmensa)... al precio de intentar matar el corazón del bebé y de haberlo logrado con el suyo...
Apapachos :)
¿Quién daba más asco, la cucaracha o la monja?
Creo que es obvio.
no era mujer, no era monja, no era persona, no era humana... obviamente da mas asco ese ser que la cucaracha...
Un saludo!!
Llegué hasta aquí desde lo de Sil, curioseando, y este cuento fue un excelente sacudón,para una que venía desprevenida, pero lo más importante,está muy bien contado, porque vamos siguiendo en estado de alerta las gotitas de sangre hasta chocarnos de frente con el asco final, que es de esos ascos espirituales, bien logrados. El accionar de la cucaracha es natural, tanto como antinatural es el proceder de la madre-monja.
Me encantó. Me gustaría que me visitaras, cuando puedas.
Que bueno, te bastan unas cuantas líneas para pintar un cuadro goyesco, un horror, y a la vez dejarnos plegados.
Besos.
Lamento que se limite la compasión humana, porque estoy seguro de que la merecen la criatura, la madre y el mismo Colorado. Hasta el gato.
Ais, que asquito me dio la imagen final... Me lo imagine en blanco y negro, supongo que para no herir del todo mi sensibilidad :P
Fantastico escrito, eres la leche chica!
Vos lo resumiste en la ultima oración "la monja que no era mujer sino monja"
De donde sacarás estas historias, es la que más impactada me ha dejado de las que te he leido hasta ahora!
Ni monja, ni mujer, un ser deforme, sin contornos es como yo la veo.
Y la escena de la cucaracha demasiado!
Tu estilo me gusta aunque sea en estas truculentas historias
Besos!!!
Sr. Hermano: claro que sí. Pero se prioriza al más inocente de entre los inocentes.
Apapachos.
Sin restarle inocencia a la criatura...¿alguien ha pensado en la monjita, encerrada allí seguramente antes de tener edad para pensar con claridad si era eso lo que quería? Seducida probablemente por el cura, el sacristán, vaya usted a saber, prisionera de mil prejuicios.
Seguro que no disfrutó con el abandono, ni siquiera con aquél polvo que le echaron.
Anónimo: no pongo en duda lo que decís. Seguramente la monja fue víctima, al menos de algo. Aún así, la monja era adulta y tenía poder de decisión. Con toda la carga que tenía encima (o no, no lo sabemos) dejó a su hijo en un baldío (un hijo que no podía decidir nada).
Ahora, si querés cuestionar el catolicismo, acá no vas a tener ningún problema.
:)
¡qué duro, niña! Debería estar el cielo lleno de ángeles y arcángeles que velasen por los que no se pueden defender solos ¿no crees?
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