Febril como la carta de amor de un preso, canta Sabina
Hubo una época en que me escribían los presos.
Yo había mandado una carta a la revista Selecciones, a la sección Correspondencia, para cartearme con adolescentes de otros países. Se ve que algún familiar de algún preso le llevó al reo un ejemplar de esa revista para que no se aburra en sus encierros, porque aparte de recibir cartas de jóvenes colombianos, uruguayos, mexicanos y españoles (todos ellos libres) me llegaron cartas de tres o cuatro presos argentinos.
Las cartas eran más o menos iguales:
"... y por problemas de la vida me encuentro privado de mi libertad, pero por buena conducta pronto la recuperaré...".
Lo mejor fue cuando mi tío Sergio (el que cuando era más joven se parecía a Silvestre; no el gato sino el ¿actor?) me llamó para avisarme que "te mandaron una carta, pero el remitente dice Pabellón 4...".
No contesté ninguna, claro.
Yo había mandado una carta a la revista Selecciones, a la sección Correspondencia, para cartearme con adolescentes de otros países. Se ve que algún familiar de algún preso le llevó al reo un ejemplar de esa revista para que no se aburra en sus encierros, porque aparte de recibir cartas de jóvenes colombianos, uruguayos, mexicanos y españoles (todos ellos libres) me llegaron cartas de tres o cuatro presos argentinos.
Las cartas eran más o menos iguales:
"... y por problemas de la vida me encuentro privado de mi libertad, pero por buena conducta pronto la recuperaré...".
Lo mejor fue cuando mi tío Sergio (el que cuando era más joven se parecía a Silvestre; no el gato sino el ¿actor?) me llamó para avisarme que "te mandaron una carta, pero el remitente dice Pabellón 4...".
No contesté ninguna, claro.
1 Comments:
jajajajajajajaja...
jajajajajajajaja...
que desastre, pobres tipos...
;)
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